Aún no podía asimilar que gracias a una apuesta no podríamos seguir practicando karate. Y jamás entrenaría con cobra Kai.
Gracias a que Robby había decidido dejarlo, se mudaria con nosotros. Así que, debo acomodar mi cuarto para compartir.
Mi pequeño entrenamiento improvisado en la sala del departamento se vio interrumpido con el sonido de mi celular.
Miggy 🥋
Puedes venir?
7:02 amIba a hacer el desayuno
y necesito ayuda
7:02 amCreo que no se cocinar 😶
7:02 am
Al abrir la puerta de su hogar forme una mueca al sentir un leve olor a quemado, tenía razón, no sabe cocinar.
—¿Que dices?
—Deberías comprar desayuno o alguien vomitara eso—dije observando el plato con comida quemada, reí al sentir como dejaba un empujón en mi hombro.
A los pocos minutos Carmen y Rosa ya se encontraban en la mesa listas para desayunar, lo que les esperaba...
—El desayuno está servido—hablo un animado Miguel colocando los platos en cada lugar, trate de no reír al ver la cara de las dos mujeres ahí.
Sonreí al ve como Rosa no dejaba de abrazar y dejar besos en el rostro de Miguel por tal gesto.
—Basta mamá. Creerá que puede huir y ser recibido con amor.
—Si puede—defendió la mayor dejando un último beso en la frente de su nieto.
Tomé asiento en mi lugar como de costumbre esperando a Johnny quien era el último en llegar. Observe la plática de estos en total silencio esperando desayunar lo que sea que haya preparado Miguel.
—Deberían salir o algo, dejaste a _________ sin avisarle.
—Lo sé, también debería cocinarte algo.
—Mejor vayamos a cenar—intervine haciendo que esté me mirara mal—¿Hoy en la noche?
—Sensei...
—Vayan, creo que es bueno que...
Todos miramos cómo Carmen salía corriendo hacia el baño para devolver el estómago.