Camine detrás de Robby quién me guiaba al dojo del señor Larusso, nos adentramos al lugar a paso lento observando a todos ahí.
Al parecer llegamos tarde pues todos estaban terminando de calentar.
—No estoy segura de esto, únicamente se los modos de papá.
—Sera fácil... No lo puedes evitar todo tiempo.
—Mirame hacerlo.
Antes de seguir discutiendo un chiflido nos distrajo, sin pensarlo dos veces caminamos hacia la persona que parecía nuestro sensei de hoy.
Por más que intente quedarme junto a Robby me fui imposible y de algún modo acabe entre Hawk y Miguel. Vaya día.
—¿Dónde están mi papá y Johnny?
—No están. Hoy entrenaran conmigo.
Me quedé observando al sensei Chozen en total silencio escuchando sobre el entrenamiento de hoy, algo de un pájaro.
—¿Son los huevos reales?
—No, me salieron baratos en el supermercado. Tomen un huevo—ordeno restándole importancia.
—¿De quien lo protegeremos?—pregunte cuando terminó de responderle a Sam.
—De mi.
Al oír su señal todos salimos corriendo buscando un lugar perfecto para proteger el huevo, no lograba encontrar uno.
Me quedé sentada aparta de todos observando a Robby hablar animadamente con Sam, al menos hacia amigos. Al ver qué aquel juego comenzaba corrí hacia el dojo buscando una habitación donde esconderme logrando oír como eliminaban a varios.
El tiempos que estuve escondida ahí me dedique a observar el lugar, pegue un brinco al oír como alguien entraba ahí. Me coloque lista para pelear hasta que mis músculos se relajaron al ver qué solo era Miguel.
—Oh, solo eres tú.
—Solo soy yo—repitió guardando su huevo en el bolsillo de sus shorts.
—Creí que te esconderías con Sam—ironice tratando de ver por la puerta quienes estaban eliminados.
—Se escondió primero.
—Cabron.
—Te entendí—reclamo caminando detrás de mi—Estas celosa.
—¿Celosa? ¿De alguien que con solo saludar hace que se olviden de mi existencia? Para nada, Miggy—reclame alejándome de este logrando oír su pequeña risa.
—Te ves linda así de celosa—hablo atrapando mi cuerpo en sus brazos—Y cada facción cambia, te hace ver más hermosa.
—Miguel... No hagas esto.
Cerré mis ojos al sentir su mano acomodar mi cabello, antes de poder hacer algo más oímos un ruido que nos hizo colocarnos listos para pelear.
—¿Quién está ahí? Oh, son ustedes.
—No, son ustedes—dije tirando el huevo al suelo para salir de ahí. No aguantaría una humillación más.
Salí de ahí lista para agarrar mis cosas y volver a casa, no había sido un buen primer día. Claro que al verme Robby se acercó bastante preocupado pues los únicos que faltaban por eliminar eran Miguel, Sam y yo.
—¿Que paso? ¿Por qué te vas?
—Creo que el entrenamiento de hoy no es para mí... Iré a casa.
Papá 🦅
Ya me contaron
6:29 pmHablamos cuando llegue
6:29 pm—No debías decirle.
Le agradecí aceptando el plato con comida que Robby había preparado, se veía comestible. Ambos nos sentamos para cenar escuchando su sermón.
—No me gusta que solo por unas personas no muestres tu potencial ¿Creíste que Miguel no me contaría lo que pasó?
—Se que estoy haciendo mal... No volverá a pasar—susurre comenzando a comer, ambos nos miramos al oír unos golpes en la puerta—No es papá y no veré a Miguel, si es el dile que no estoy.
Cómo pude salí corriendo hacia mi habitación escuchando a mi hermano abrir la puerta, claro que me quedé escondida en un buen lugar para oír su conversación.
—La oí hablar.
—Se está duchando, puedes esperarla.
No, no puede.
—Quería esperar a que llega Johnny pero creo que es menos intimidante si te cuento—hablo el moreno generando más curiosidad en mi—Yo...
—Te gusta mi hermana pero aún estás superando a Sam.
—¡Exacto! Y se que...
—Tu le gustas a ella pero no quiere estar con alguien que no supera a su ex pareja.
—¿Así de cruel se oye?
—Escucha, quiero lo mejor para ella por eso ambos deben poner de su parte. Sobre todo tu, eres quien la hace a un lado cuando ves a Samantha.
—Lo haré, gracias cuñado.
—No tan rápido.
Reí al ver cómo dejaba a Miguel con la mano alzada, salí de mi pequeño escondite al ver cómo nuestro invitado imprevisto se iba. Sonreí levemente al ver a Robby para acercarme a el y poder abrazarlo en forma de agradecimiento.
—¿Entonces si me quieres?—murmuré sin soltarme de mi hermano, este soltó una carcajada alejándose de mi para adentrarse a la cocina conmigo detrás suyo.
—Solo fue el momento, no te ilusiones.
—¡Ya lo hice!