n i n e

3.2K 277 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.













—Muéstrame que ya no eres un niño, ¿Si?

Johnny Lawrence jamás cambiaría.

Suspire pesadamente ante el discurso de mi padre hacia su alumno quien lo miraba triste.

—Si, sensei...

Le avisé a mi papá que iría en unos minutos, me quedé observando a Miguel quien únicamente veía al piso pensando en que hacer.

—No quieres pelear—este negó subiéndose en la camilla—No tienes que demostrar nada, siempre serás campeón.

Me aleje de él lista para irme y regresar a apoyar a mi dojo.

—Quiero irme a casa.

—Sinceramente, yo igual.

—Me refiero a... México, con mi papá—murmuró aún sin mirarme.

—Miggy...—mire hacia la puerta pensando en que hacer—Iré por nuestras cosas.

Su abrazo me tomo por sorpresa mientras oía como me agradecía. Reí alejándome de el para poder ir por nuestras respectivas pertenencias.

Forme una mueca al oír como habían eliminado a Miguel de la competencia y salí rápidamente al ver qué mi papá venía directo a buscarnos. Corrí hacia Miguel para poder avisarle quien nos estaba buscando.

Frené abruptamente al ver cómo este se encontraba besándose con Sam.

—Miguel, Johnny nos está buscando—avise sin poder mirarlos—Te espero afuera.

Salí de ahí sin esperar su respuesta, al sentir el aire fresco suspire nerviosa. Johnny me mataría.

En lo que Miguel salía pedí un Uber para poder volver a nuestro edificio y ponerle fin a este día. Subí al auto seguida de Miguel quien estuvo pensativo todo el camino.

Al llegar al edificio bajamos y cada uno abrió la puerta de su respectivo hogar, me adentre al mío dejando mi mochila en el sofá para ir a tomar un baño relajante.

Cuando mi ducha termino me permití dejarme caer en mi cama sintiendo mi cuerpo adolorido por la competencia. Mis ojos se cerraron dejándome caer en un profundo sueño.

El cual fue interrumpido por mi puerta abriéndose de golpe, cómo pude me levanté de mi lugar observando a Carmen y a Johnny mirarme asustados. El rubio suspiro tranquilo y se acercó para abrazarme.

—¿Que pasa?

—Miguel escapó.









=       =








Le entregué la taza de té a Carmen quien me agradeció tratando de mostrarme una sonrisa, regrese a mi habitación para terminar de empacar unas pocas pero necesarias cosas.

Iríamos a México en busca de Miguel.

Deje mi mochila en el sillón únicamente esperando a Johnny para poder irnos.

—Héctor no sabe sobre Miggy—hablo preocupada, fruncí mi entrecejo al oír el nombre.

—¿Héctor...?

—Héctor Salazar.

—Ay no...—susurre logrando que los dos adultos me miraran confundidos.

—¿Lo conoces?

—El fue mi familia sustituta, Carmen tiene razón. Es peligroso.

—No te hizo nada malo ¿Verdad?—negué tomando mi mochila para ya irnos, sería un viaje largo y Robby aún no sabía el motivo de este viaje.

—Volveremos pronto, llama si sabes algo—no pude evitar sonreír al ver cómo la pareja se daba un último beso—¡Robby vamos!

Después del torneo Robby pareció recapacitar y dejo cobra Kai, ahora vive con nosotros. Mi hermano salió con su mochila en mano listo para irnos, este paso su brazo por mi hombro para encaminarnos a la camioneta en la que viajaríamos.

—Pasaremos tiempo de padre e hijos ¿No es emocionante?

—¡Pido adelante!

—¡Ese es mi lugar!

Jale la camisa de Robby para evitar que siguiera corriendo, comenzamos una pequeña pelea hasta que logré derribarlo y comenzar a correr hacia el asiento delantero. Al abrir la puerta sentí un gran empujón que hizo que cayera sentada, mire mal al castaño quien rio mientras subía al asiento delantero.

—¡No es justo, papá!

—Es la vida real, deja de llorar y sube—ordeno colocándose sus lentes, solté un quejido y subí al asiento trasero logrando ver la cara de orgullo de Robby.

—Ya no es tan emocionante.








Miggy 🥋

Por qué nadie me
dijo que México es genial?
3:52 pm

Olvídalo, me estafaron 😶
4:06 pm

Ten cuidado
4:23 pm

Iré a buscarte, Miggy
4:23 pm

Solo ten cuidado con tu padre
4:23 pm

Suenas como mamá
4:34 pm




Mis ojos se estaban cerrando al sentir el aire entrar por la ventana, habíamos llegado a nuestro destino y claro, tuvimos que pelear con unos surfistas para que nos dijeran a dónde iba Miguel.

Estaba a punto de caer dormida hasta que mi celular sonó notificandome una llamada.

¡Encontré a mi papá! Su casa es genial y... Tiene otro hijo. ¡Lo encontré, linda!

—¿Que...?

Es genial, me invitó a cenar y dijo que podría quedarme en... ¿Por qué está habitación tiene fotos tuyas con ellos?

Oh no...

Who? // Miguel Díaz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora