35.

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— Mina, espera un poco por favor.- La respiración llena de jadeos de Chaeyoung hizo que la japonesa dejara de saltar en su pelvis.— C-Creo que voy a quedarme con disfunción erectil si sigues así.

— No creo que pase, Chaeng.- Las manos de Mina viajaron por el pecho sudado de la contraria y sonrió.— Podrías tener una erección con solo verme saltar en frente tuyo y tu pene entrando en mi...

— Lo sé... Pero... Déjame ir.- Chaeyoung trato de quitar a Mina de encima pero el repentino saltó de la mayor la hizo desistir.

Un dolor empezó a hundir su cuerpo, la menor quito con delicadeza a Mina y se dirigió al baño corriendo.

[°]

— ¡JAJAJAJAJAJAJA! ¿Rotura de frenillo en el pene? ¿Acaso Mina te puso un destornillador?.- La burlona voz de Jeongyeon hacia avergonzar a Chaeyoung que salía del hospital con una postura extraña en la entrepierna y Mina sujetándola.— Eso te enseñará a no emocionarte mucho.

— No puedo tener sexo en una semana, tal vez aprovecharía para tener una pijamada.- Esas palabras calaron en Mina que solo bajo la cabeza triste.

— No puedo decir que no me llama la atención, pero Nay y yo estamos recuperando el tiempo perdido.- Jeongyeon parecía estar hablando con Nayeon al mismo tiempo.— Dice Nayeon que le digas a Mina que debería de comprarse una espuma para la próxima.

— ¡Ya Jeongyeon! ¡Esperaba un mejórate pronto, no una risa burlona!.- Chaeyoung cortó la llamada y vio a Mina.— Vayamos al departamento, creo que las enfermeras me recuerdan llegando con una erección sangrante.

— Perdóname Chaengie.- La voz de Mina salió temblorosa, cosa que alarmó a la menor que la abrazó con fuerza.— Debo de medir mi fuerza, perdóname cariño.

— No fue culpa de ninguna, además simplemente estábamos tomando nuestro tiempo a solas.- Chaeyoung besaba la frente de la mayor mientras acariciaba su nuca.—No estoy enojada contigo, hermosa.

— Aún así...

— Aún así nada, no estoy enojada y no te sientas culpable. Ya pasó.- Chaeyoung acarició el rostro de Mina y sonrió.— Vamos a almorzar, tengo muchas ganas de comer un poco de pizza.

Mina asintió y se pusieron a esperar un taxi.

[°]

Lalisa miró por la ventana de su restaurante y suspiró, inquieta pues las llamadas de Chaeyoung se redujeron a 0 desde que Mina había partido a Londres.

— Yo creo que deberías de llamarla, estas haciéndote muchas ideas equivocadas con la pequeña Chaeyoung.- Rosé acarició las manos de la mayor y apoyó su cabeza en su hombro.— No creo que esté enojada, pues estaría gritándote desde el día en que Mina supuestamente llegó.

Lisa tomó su celular del bolsillo y lo desbloqueo. Vio la hora y sin pensarlo dos veces, llamó a su hija.

El sonido en sus oídos le hacían retumbar pero cuando la voz de Chaeyoung diciendo: "Hola ma, estoy algo ocupada ahora" se fue el ruido.

— Chaeng no me llamaste para nada, me preocupe además que Mina vino a mi restaurante y...

— Lo sé ma, ella misma me lo confesó, debe haber sido difícil soportar una japonesa amenazante.-La voz burlona de Chaeyoung hizo aliviar el liviano corazón de Lisa.

— Creo que Mina exagero un poco, pero sigue siendo la misma idea.- La risa de ambas coreanas resonó, Chaeyoung sintió un pequeño pelizco en su brazo.

— Uhm siento no llamarte, pero digamos que Mina y yo estamos viviendo nuestra reconciliación de la mejor forma.- La voz tranquila de su hija la hizo suspirar nuevamente feliz, pues no había interferido en nada de manera negativa.— Regresaré a Corea después de terminar mi trabajo.

The Programmer And Her Painter: A MiChaeng A.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora