23.

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Nayeon no esperaba que la casa de una mafiosa fuera tan cálida. Jeongyeon le brindo un poco de jugo apenas se sentó en el cómodo sofá y viera el televisor gigante que tenía puesto en la sala.

- Nunca pensé que tendría visitas a partir de que Chaeyoung se fue, así que estoy feliz con tenerte aquí.- Jeong se sentó al lado de Nayeon y sonrió.

- Me alegra escuchar eso, aunque mantienes tus cosas muy bien puestas... Me atrevería a decir que guardas más orden que mi papá y eso que él es un loco de la limpieza.- Nayeon vio el control de la tv y lo usó para prenderla.

- Pues me gusta tener todo organizado pues me estresa un lugar de trabajo ocupado y esas cosas.- Jeongyeon miró por la ventana y vio que las luces de los faroles se estaban bajando.- Tch, otra vez.

- ¿Esas luces no iluminan todo el día? Mi pa me dijo que todas las calles tienen alumbrado y están funcionando muy bien.

- Pues tu papá te mintió, esa luz no funciona desde que llegué aquí, osea hace 10 años.- Jeongyeon tomó de su bebida con una cara de enojó tremenda.- El jefe de la mafia donde trabajo, él es él que más me ha apoyado en todo este tiempo, además que tuve que estar cuidando a Chaeyoung pues ella no es tan buena en esto de la mafia.

- Ya veo... Aunque eso se veía en sus ojos, tal vez es por eso que Mina se enamoró de ella.- Nayeon se apoyó en el sofá y cerró los ojos.- Te diría que dejes la mafia pero no creo que lo hagas.

- Cuando pueda estudiar tranquilamente, tal vez lo considere. Para la gente como nosotros no podemos darnos el lujo de vivir, solo sobrevivir como un animal.- Nayeon acarició el rostro de Jeongyeon y besó su frente.- Lo siento, me estoy desahogando contigo.

- No hay problema, de alguna manera se lo que piensas y como te sientes.- Jeongyeon miró a Nayeon y esta sonrió.- Eres linda cuando no tienes esa cara sería, tal vez deberías de dejar de fruncir el ceño.

- Tengo que dar miedo por mi trabajo Nay, no tengo muchas opciones.- Jeongyeon acarició el suave brazo de Nayeon.- Aunque por ti si lo haría, pero solo en mi casa. Acá podemos tener privacidad.

- ¿Cuanta privacidad?

- Mucha, podría besarte y nadie lo sabría. Ni mucho menos tu padre.- La sonrisa de Jeongyeon se perdió entre los labios de Nayeon que la besó apasionadamente. La más alta tomó su cintura y la pegó más a su cuerpo.

- Comprobemoslo.- La chica Im sonrió suavemente y Jeongyeon le siguió con una pequeña risa. Los labios de la peliazul vagaron en el cuello de Nayeon que se retorcía mientras acariciaba el cabello de Jeongyeon.

- Claro, yo te sigo.- Nayeon sonrió y acarició el cabello de la contraria con cariño, Jeongyeon solo cerró los ojos y besó su mano.- Eres hermosa ¿Quieres ser mi novia?

- ¿Lo dices antes de que tengamos sexo?.- Nayeon se sonrojo, agradeció que Jeongyeon tuviera los ojos cerrados.- Sólo acepto si me prometes que me cuidarlas hasta el último momento de nuestras vidas.

- Aunque te cases con alguien más, voy a cuidarte de todo, Nay.- Jeong miró el rostro rojo de su amada y sonrió.- Todo lo mio será tuyo, ahora que eres mi novia.

- Jeong...- Nayeon sintió los labios de la peliazul contra los suyos y suspiró.- ¿Por qué una delincuente tiene que ser tan perfecta? ¿Acaso eres de esos cuentos llenos de delincuentes con buen corazón?.- Jeongyeon rió con suavidad y mordió el cuello de Nayeon haciendo soltar un jadeo a la contraria.

- Sólo soy así porque te quiero Nayeon, antes nunca hubiera hecho esto por una chica de talla tan alta pero eres tan especial.- Jeongyeon sonrió y acarició la espalda de Nayeon que se contrajo un poco.- De todas maneras, solo pensemos que nos amamos. Nadie nos va a separar nunca más.

The Programmer And Her Painter: A MiChaeng A.UDonde viven las historias. Descúbrelo ahora