05

1K 137 3
                                    

                HOY ERA EL día del Nombre de Lyanna, y la primera noche que dormía desde que había pisado Invernalia. Cuando las doncellas me despertaron, me informaron de que el baño que me habían preparado estaba comenzando a enfriarse, por lo que me tuve que levantar de golpe de la cama y zambullirme en el agua. Me bañé a toda prisa y llamé rápidamente a Alys para que me ayudara con el vestido. Este era de un brillante azul marino, y tenía la misma forma que el vestido que utilicé el día anterior. Llevé un peinado semirecogido parecido al de ayer.

Cogiendo un cofre de madera corrí fuera de mis aposentos hacia el salón, pero antes de salir del castillo, me volví a chocar contra algo duro y caí de nuevo contra el suelo.

— ¡Venga ya! – Me quejé alzando la voz.

Me incorporé un poco y cogí el cofre preocupada por si se había dañado. Al examinarlo, me dí cuenta de que estaba intacto.

— ¿Estás bien?

Alcé la mirada, y volví a encontrarme a Ned Stark frente a mí, con una pequeña sonrisa y sus cejas alzadas. Rodé los ojos.

— Tienes que dejar de hacer eso – Le aseguré esbozando una pequeña sonrisa —, va a empezar a convertirse en una rutina.

Él rió, alzando ligeramente su mirada al techo, cerrando un poco sus ojos. Después me observó de nuevo, y volvió a ofrecerme su mano, esta vez sin guantes.

Tomé su mano y me levantó de un solo ligero tirón. Sonreí enormemente, con mis ojos clavados en los suyos. Cierto nerviosismo había abandonado mi cuerpo al estar con él, había notado. Él se agachó al suelo y cogió el cofre entre sus manos.

— Creo que se te ha caído – Me dijo mostrándolo, fue entonces que aparté mi mirada de él.

— ¡Dioses! – Dije, aunque en realidad maldecía más el no poder apartar mi mirada de él — Es el regalo de tu hermana Lyanna, espero que esté intacto.

— ¿El regalo de Lyanna? – Preguntó alzando una ceja, a lo que yo asentí — Su día del nombre es mañana.

— No, no lo es – Le aseguré un poco escéptica —. Es hoy, me lo dijo hace dos días.

Él abrió sus ojos con fuerza, y miró alrededor rápidamente.

— No tengo su regalo – Me informó, un poco apurado — ¡Siete infiernos!

        Yo reí con su maldición, y él me miró intrigado. Entonces volví a reír de nuevo.

— Si no tienes regalo, podemos compartir el mío – Le ofrecí encogiéndome de hombros con un poco de indiferencia.

— ¿Qué es? – Preguntó ladeando su rostro con curiosidad.

— Le he hecho un vestido para esta noche – Respondí con una pequeña sonrisa tímida, volviendo mi mirada al pequeño cofre.

— No puedo decir en lo absoluto que haya participado en eso – Me dijo riendo por lo bajo, alzando un poco sus cejas —, no tengo ni idea de costura.

— Puedes decir que me ayudaste a conseguir las telas – Ofrecí devolviendo mi mirada a sus ojos —. Así será mitad tu trabajo, mitad el mío.

         Pareció pensárselo durante unos segundos, moviendo un poco su cabeza de nuevo.

— No creo que sea justo quitarte el mérito – Reconoció esbozando una pequeña mueca.

— No me quitarás el mérito – Le aseguré, paseando mis ojos por los suyos —, simplemente me has ayudado.

Él no parecía muy conforme con la idea de apropiarse algo de todo eso, pero estaba apurado y avergonzado de haberse equivocado, y a mí no me importaba en lo absoluto compartir el regalo, menos todavía si era compartirlo con él.

La pequeña Tully  || AU GoT Eddard Ned Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora