14 II

774 109 14
                                    

       NOS HABÍAN CONVOCADO en la austera sala del trono de Aguasdulces en cuanto cayó la noche en el Castillo. Todo ese tiempo lo había pasado rodeada de Lyanna, mi tío y mi bebé, paseando de un lado para otro como fantasmas errantes. No podía evitar preguntarme dónde demonios estaba Ned y qué estaba haciendo con Brandon tanto tiempo. Me encontraría mucho más segura al lado de mi esposo y de su afilada espada.

En cuanto crucé las puertas de hierro un escalofrío recorrió mi espina dorsal de principio a fin. Mi padre estaba sentado en el Trono. Edmure estaba sentado a su lado. Frente a él, en el desértico salón estaban mis dos hermanas abrazadas a la izquierda, temblando en sus lugares, abrazándose entre ellas con tal temor que me pude imaginar lo peor. Y, en el lado opuesto de la sala, estaba Ned completamente solo, con una pose recta que le hacía parecer indestructible. Cuando escuchó nuestros pasos en la sala, se giró en seguida. Y no pude evitar correr a refugiarme en sus brazos.

Nos abrazamos ahí en medio, ante los ojos de todos, y escondí mi cabeza en su pecho, aún un poco nerviosa después de todo lo que había pasado. Mi esposo me abrazó con fuerza y calidez y, entre nosotros, mi hijo se removió un poco. Ned besó mi frente con fuerza. Y, entonces, sentí que nada malo podría pasarme al lado de este hombre. En seguida, me puse a su lado, mientras él sujetaba mi cintura con firmeza en su mano. Lyanna y mi tío se acercaron entonces, y nos rodearon.

— A vista de que Brandon Stark no se encuentra aquí – Mencionó mi padre.

— Ha partido a buscar a mi padre – Le interrumpió Ned con un tono firme y recto —, tal como era su deber, Señor Tully.

— Si mis consejeros no se equivocan, debió partir mañana – Insistió mi padre un poco enfadado, clavando su mirada en los ojos grises de Ned —. De todas formas – Habló relajándose un poco mientras se removía en su asiento —, el Señor Baelish casi es asesinado por su hermano esta misma tarde.

Mi padre llevó su mirada al final de la sala, y me giré para mirar en esa dirección. Tembloroso y escondido, Petyr Baelish observaba todo en silencio, y no tenía pinta de que fuera capaz de intervenir.

— Hermano – Habló mi tío en un tono sereno —, dudo mucho que el Joven Stark quisiera asesinar a Petyr Baelish porque sí.

— Petyr le retó a un duelo a muerte – Aseguró Catelyn con firmeza, ganándose toda la atención de la sala y un fuerte quejido de Lysa.

— ¿Es eso cierto, Señor Baelish? – Preguntó mi padre alzando su ceja derecha con intriga y desasosiego.

— Sí, Señor Tully, pero – Respondió a penas meñique.

— Un reto es un reto – Le interrumpió mi padre —, quisiste desafiar a un castellano diestro. Si hubieras ganado tú, no me cabe duda de que reclamarías tu recompensa, Baelish – Aseguró a penas mi padre, con un tono un tanto repulsivo.

Estaba segura de que el débil pupilo había acudido a mi padre con Lysa rápidamente después de todo lo sucedido, seguramente quería deshacerse de Brandon, e intentar conseguir la mano de Catelyn para él mismo.

— Márchate de Aguasdulces, Baelish – Le ordenó mi padre rápidamente, con un tono amenazante, que hizo temblar aún más al escueto muchacho —, y seré misericordioso contigo.

Baelish se arrodilló ante mi padre, no le quedaba de otra. Mi padre estaba por encima de él, era sus señor soberano. Solo estaba por encima el Rey. Y todos sabíamos que Aerys ni siquiera se molestaría en recibirle. Cuando Baelish se marchó, mi padre devolvió su mirada a Catelyn.

— ¿Tú qué tienes que decir, Catelyn? – Preguntó interrogante, con el mismo deje amenazante que aún quedaba en su voz tras echar de aquí a Petyr.

La pequeña Tully  || AU GoT Eddard Ned Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora