13

774 114 4
                                    

          — DÉJAME VER A mi primo nuevo – Exigió Shella dando un par de saltitos a mi lado.

Tenía a mi pequeño bebé acostado sobre mi pecho, descansando en el más absoluto de los silencios, pero no estaba dormido. Tan solo en silencio. Ned se encontraba sentado en un sillón a tres pasos de nosotros.

Shella acababa de entrar, era una de las muchas visitas que estaba recibiendo mi hijo. Todos parecían querer conocer al nuevo bebé Stark.

— Acércate – Le pedí.

Ella se inclinó sobre mí y yo volteé a mi hijo un poco, lo suficiente como para que mi prima pudiera observarlo. Sus ojos se ensancharon con ternura y sus labios dibujaron un puchero.

— Es precioso – Admitió con un tono cariñoso.

    La verdad es que sí que lo era.

— ¿Cómo se llama? – Preguntó dando un suave golpecito en la nariz del bebé, haciendo que este siguiera su dedo con la mirada.

— Edrick Stark – Respondí orgullosa, esbozando una pequeña sonrisa, para después mirar a Ned.

Mi esposo me devolvía la amorosa sonrisa que yo le enviaba. Estaba tan feliz.

Y, en ese momento, entraron dos horribles brujas pelirrojas por la puerta. Haciendo que quisiera evaporarlas de la tierra.

Catelyn entraba en mi habitación como si fuera la dueña del lugar, tocando todo a su paso y mirando alrededor con desagrado. Tras ella, venía Lysa.

— ¿Y tú hijo? – Preguntó Catelyn con inquisición en su voz, sin la más mínima emoción por conocer a su sobrino.

No le respondí, sabía que sí abría la boca la insultaría, así que preferí guardar silencio a crear una escena. Vi cómo Ned la observaba muy atento, al acecho, vigilando cada uno de sus movimientos. No confiaba en ella.

— ¿Es este? – Preguntó observando con disgusto al bebé recostado sobre mi pecho.

         Viendo que no pensaba responderle, alzó una de sus delgadas cejas pelirrojas con un poco de escepticismo.

— ¿Cómo se llama? – Preguntó Catelyn de nuevo, parecía un poco molesta ahora.

De la nada, Ned apareció tras ella y la miró con dureza. Catelyn no se había dado cuenta de que mi esposo estaba justo detrás de ella.

— Su nombre es Edrick – Le respondió Ned.

Ella se giró rápidamente un poco asustada por la sorpresa, no se esperaba que estuviera tras ella. Un poco mosqueada, se marchó de golpe del lugar, con Lysa pisándole los pies. Me alegraba que se hubieran dado cuenta de que sobraban en el lugar.

Ned me dio un beso en la frente, antes de voler a su asiento, para seguir recibiendo visitas. Durante ese tiempo, decidimos nombrar a Lyanna y a Robert Baratheon los padrinos de nuestro recién nacido, acto el cual formalizaríamos una vez asentados de nuevo en el Norte.

Los días pasaron rápidos, y una semana después del nacimiento de Edrick, partimos hacia Aguasdulces, donde por fin volvería a ver a mi padre, a Edmure y a mi tío Brynden, la trucha negra. El camino fue ameno, mucho más de lo que había sido el viaje de Invernalia a Harrenhall. Mis hermanas iban en otro carruaje distinto al mío, muchos metros detrás de mí. Con una docena de soldados Stark separándonos. Pisar de nuevo la firme piedra del castillo donde me crié fue conmovedor como poco. Y extraño al mismo tiempo.

Ahora ya no era una Tully, ni este era mi castillo, parecía un fantasma plantada en mitad del patio de armas mirando alrededor, con mi pequeño Stark entre mis brazos dormido.

La pequeña Tully  || AU GoT Eddard Ned Stark Donde viven las historias. Descúbrelo ahora