HOTD OS

Alicent Hightower

Advertencia: Intento de smut.

—Princesa.

—Otto ¿Qué necesita?

—¿Ha visto a mi hija?

—Me temo que no, Otto.

—Gracias princesa. —murmuró el mayor yéndose.

—¿En serio no le vas a decir qué su hija y tu hermana se están metiendo la lengua hasta la garganta?

—Tío Daemon, no, no lo haré, ciertamente, Aeva y Alicent necesitan tiempo a solas.

—Rhaenyra, sí no quieres ver a tu hermana sufrir, será mejor que se detengan, las tres, no está bien visto por Otto, ese hijo de puta puede hacer cualquier cosa para alejarlas.

—Aeva no sonríe desde que mi madre murió, Alicent le es de mucha ayuda, mi padre jamás dejaría que Otto separará a Alicent de mi hermana. Es su mejor amiga.

—¿Desde cuándo a los mejores amigos se succionan hasta la tráquea?

—Desde hoy tío.

—Rhaenyra, tú y tu hermana son lo único que me mantiene feliz, no quiero que les suceda nada.

—Y nada nos va a suceder, tío Daemon, descuida.

[***]

—¿Qué crees qué haría tú padre sí nos descubre? —ambas adolescentes se encontraban sentadas bajo en enorme árbol, Aeva tenía el libro en sus manos mientras Alicent peinaba su cabello.

—Mi padre es de mente muy abierta, Ali, créeme que él nos apoyaría.

—Mi padre no lo hará. —murmuró Alicent peinando el cabello de Aeva. —me comprometerá.

—Mi padre hará lo mismo, disfrutemos del tiempo que nos queda.

—Ojalá sea mucho.

—Dioses te escuchen.

[***]

—He decidido volver a casarme. —anunció Viserys. —me casaré con Lady Alicent Hightower.

Aeva y Rhaenyra se miraron, ambas estaban en desacuerdo con la decisión tan apresurada de su padre, realmente Rhaenyra odiaba la idea del compromiso, y Aeva odiaba la idea de que su novia se casará con su padre.

—Corlys se levantó de su lugar, claramente humillado. —su Majestad, princesas. —dijo dando una pequeña reverencia marchándose.

Seguido por Aeva y Rhaenyra.

—¡Aeva, Rhaenyra!

—Déjelas majestad, con el tiempo se les pasará. —sugirió Otto. —¿Cuándo planean casarse?

—La próxima luna llena.

—Dioses bendigan está unión.

[***]

—Princesa Aeva espere.

—Sir Criston. ¿Necesita algo?

—El Rey me envió a verificar que estuviera bien.

—Gracias, ya verifico que estoy bien.

—Princesa, sí necesita un amigo o—

—Gracias Sir Criston, gracias por ofrecerme su amistad, buenas noches.

—Buenas noches princesa.

Esa noche, Aeva lloró, desde la muerte de su madre que había sido hace menos de medio año no había llorado, hasta esa noche, lloraba sintiendo su corazón romperse, lloraba con ambos puños apretados golpeando su pared esperando a que el dolor se marchase, su dolor.