Capítulo 6

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Esa mañana el pronóstico del clima decía que sería un día lluvioso. Personalmente a Kinn siempre le gustaron los días así. Donde las nubes cubrían el cielo con un manto gris, el aire tenía un aroma relajante a tierra mojada y se sentía un ambiente fresco. Amaba pasar esos días en la cama con su prometido al lado escuchando el relajante sonido que provoca la lluvia al caer.

—Quedémonos aquí todo el día —habló el moreno perezoso. —Cancela todo y quédate conmigo.

Una propuesta sumamente tentadora. Sin embargo el otro hombre había aplazado en repetidas ocasiones una reunión y no podía hacerlo más.

—Prometo regresar en cuanto termine. —se inclinó y besó levemente los labios de su pareja. Él sabía que si profundizaba el beso no saldrían de la cama hasta mañana.

—¿Irás solo?

Kinn negó mientras preparaba la ropa que usaría.

—Vegas irá conmigo. Hay algunas cosas que tenemos que solucionar.

Porsche mantuvo la vista fija en el hombre frente a él. Después del incidente de hace unos días con Venice, las cosas estuvieron un poco tensas. Pete no se apartaba del pequeño para nada, era entendible, pero tener un Pete paranoico solo provocaba a un Vegas susceptible. Kinn y el moreno habían ido a visitar a la familia el dia de ayer y se encontraron con un perfecto Venice, de hecho el niño les contó con emoción la aventura que vivió la noche del club y como conoció a la señora Melani y su gato llamado Kiwi.

—¿Sabes si Pete se quedara en su casa?, quiero jugar con Venice, escuche que Khun le compró un obsequió super costoso, está empeñado en quitarme el título de tío favorito.

La sonrisa que Kinn le regaló parecía iluminar toda la habitación.

—Tú también puedes comprarle regalos costosos. —Le dijo aunque sabía perfectamente que ese no era el estilo de su pareja.— En cuanto a Pete, Vegas va a pasar por aquí para irnos juntos así que dijo que vendrían. Creo que Venice ya no soporta un segundo más dentro de casa.

—Venice es como un gatito, no puede estar mucho encerrado en ninguna parte. No me sorprende la verdad, es de familia supongo. —Habló el moreno guiñandole un ojo a su amante.

—¿Así que también soy un gato?

Porsche asintió.

—Si, pero uno más grande... Un león sin duda.

No era la primera vez que su pareja lo comparaba con ese espécimen, de hecho una vez cuando se embriagaron todos juntos en una de las famosas fiestas de Khun, Porsche lo llamó en repetidas ocasiones de esa forma. No recuerda mucho de lo que pasó después pero despertaron en una habitación desecha y con un Porsche sumamente adolorido en su zona baja.

—Si sigues llamándome así sabes lo que va a pasar, ¿no? —Lentamente caminó hasta llegar al cuerpo recostado sobre la cama y se inclinó ligeramente sobre él para juntar sus labios.

—Ya vas tarde. —Susurró su prometido sin ganas de dejarlo ir.

—Maldición. Pete siempre llega antes a todas partes así que supongo que ya no deben de tardar en estar aquí.

La risa de su amante lo acompañó hasta que se encontró bajo el agua de la regadera.

Porsche también se puso de pie y buscó ropa que usar. No necesitaba una ducha pues se había bañado esa misma noche antes de meterse a la cama. Además, Kinn no mentía cuando dijo que Pete era puntual, el pelinegro siempre procuraba llegar mínimo cinco minutos antes de lo acordado a cualquier lugar. Por lo cuál deberían de estar aquí en cualquier-

𝐇é𝐫𝐢𝐭𝐢𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora