El sonido de las manecillas del reloj hacía eco en el pasillo de paredes blancas. El aire olía a desinfectante y le provocaba náuseas, no toleraba ese aroma, quería oler el perfume suave y fresco de su pareja directamente de su piel, necesitaba con desesperación tomar la mano tibia del pelinegro para que la suya dejara de sentirse fría y vacía. Vegas no entendía aún cómo habían pasado las cosas, todo fue demasiado rápido e inesperado.
Al terminar de comer, todos juntos, limpiaron la mesa y después fueron a la sala para ver una película que Venice insistió pues era de su personaje animado favorito. Durante la hora y cuarenta de película todo marchó bien, hasta que Pete fue al baño y su grito los alertó a todos.
Sangre.
Había mucha sangre bajando por sus piernas y Pete sujetaba su abultado vientre mientras lloraba y gritaba de dolor.
Vegas no recuerda mucho de lo que pasó después, solo sabe que tomó a su esposo en brazos, lo subió al auto y llamó al doctor. En el auto todo empeoró, Venice no paraba de llorar mientras Macao y Mark trataban de consolarlo. Pete... Su Pete estaba sufriendo y él se sentía inútil. Ver a su ser amado desangrarse y no poder hacer nada lo estaba matando. Deseaba ser él. Deseaba que le doliera a él, ser él el que estuviera pasando ese dolor incluso si moría, debía ser él no su Pete. No sé imaginaba un mundo sin Pete, de hecho, no quería un mundo sin él.
— Papá...—la voz entrecortada de Venice hizo que detuviera su caminata sin fin y volteara a ver a su hijo. — ¿Papi va a morir? No quiero que muera. Papá, por favor. —las lágrimas de su hijo eran una lluvia sin control que se derramaba empapando su rostro.
Macao abrazo más fuerte al niño mientras susurraba palabras de consuelo.
— Él va a estar bien, monstruo. —se encontró diciendo Vegas. Tenía a Venice. Debía ser fuerte por Venice. — Papi es fuerte.
—¿Y mis hermanos? — sacó el rostro del pecho de su tío para enfrentar a su padre. —Mis hermanos son pequeños todavía.
—Tus hermanos también son fuertes. Ellos y Pete estarán bien. —le respondió Macao al ver cómo Vegas se había quedado mudo.
Vegas ni siquiera recuerda cuando llegaron todos. Pero ahí estaban, Porsche estaba sentado moviendo su pierna de forma frenética por los nervios, Kinn se encontraba a su lado tratando de tranquilizarlo pese a su propio nerviosismo. Kim abrazaba a Porchay para apaciguar su llanto. Macao, Mark y Venice estaban sentados en el piso cerca de Vegas y Khun. El mayor se había negado a sentarse y parecía ido. Vegas no sabía cuánto tiempo había pasado ya, pero sentía que llevaba un siglo ahí parado. Cuando pensó en ir a preguntar qué es lo que pasaba la puerta se abrió y de ella salió Top con su traje de quirófano.
Sangre. Vegas notó que estaba cubierto de sangre.
Todos se pusieron de pie y se acercaron para escuchar lo que el doctor tenía que decir.
—Vagas...—se paró frente al hombre. —Pete sufrió un desgarre mayor en el útero, la hemorragia es demasiado, se nos está dificultando detenerla y la presión de Pete está aumentando... Lamento tener que hacerte está pregunta pero es una emergencia, tienes que elegir entre salvar a Pete o a los bebés. —la voz del médico no fue tranquila como de costumbre, de hecho, se notaba agitado.
Vegas dejó de escuchar y dejó de sentir. No era verdad, lo que el doctor le estaba diciendo era mentira, no podía ser real. Quería decirle mentiroso, quería gritárselo a la cara, pero las palabras nunca salieron. Se sentía entumecido, secó... sin vida.
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𝐇é𝐫𝐢𝐭𝐢𝐞𝐫𝐬
أدب الهواة...𝘈 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘢 𝘭𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘧𝘦𝘳𝘳𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳 𝘴𝘦𝘳 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘤𝘦𝘴, 𝘴𝘪𝘯 𝘦𝘮𝘣𝘢𝘳𝘨𝘰, 𝘯𝘰 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘦𝘯𝘵𝘦𝘯𝘥𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘰 𝘮á𝘴 𝘣𝘰𝘯𝘪𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘴...