Capitulo 15

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—Khun me envió un mensaje esta mañana diciendo que está con los chicos en un fin de semana libre de nosotros y que no se nos ocurra ir a buscarlos porque va, y sito, cortarnos las bolas. —Kinn dio un largo respiro, era reconfortante saber que los chicos estaban bien, aunque con su hermano mayor al lado, estar bien era algo incierto.

—Vegas no se ha apartado de Venice en toda la noche. —soltó Kim.

Era cierto, después de que abandonaron la habitación donde se encuentran Venice y Vegas, este último, no se había movido para nada de ahí a pesar de que ya han pasado bastantes horas. Kinn lo entendió pues descubrió que permanecer al lado de su hijo durante las noches para velar por sus sueños era el único lugar en el que quería permanecer, y más en momentos de debilidad como cuando enfermaba. Kim, por otra parte, no sabía del todo el sentimiento que los otros dos experimentaban pues no tenía hijos, pero si una su pareja y podía darse una idea del sentir.

—Vamos a ver como sigue Venice. —le dijo Kinn. —Y de paso le contamos a Vegas lo que dijo Khun.

Kim asintió teniendo el presentimiento de que su primo no se tomaría nada bien la nueva hazaña de su hermano mayor.

Cuando entraron a la habitación, donde descansaba un ya despierto Venice y un evidentemente cansado Vegas, lo primero que escucharon fue una risa alegre de parte del niño. Se miraba más repuesto, pero sus mejillas seguían sonrojadas por la fiebre.

—¿Cómo sigues, Venice? —preguntó Kinn.

El rostro del pequeño volteo en su dirección de inmediato.

—Hola, tío Kinn. —saludo y agitó la mano donde no tenía la intravenosa. —Estoy enfermo todavía. La doctora dijo que tengo que estar aquí hasta que mi fiebre pase. —habló a prisa y después tosió fuerte. —Papá, quiero agua.

Vegas se levantó de inmediato de la silla y fue hasta la mesita donde las enfermeras habían puesto agua tibia y algunas otras cosas que creyeron que podrían necesitar.

—¿Encontraron a Pete y a los chicos?—la voz de Vegas tenía un tinte diferente, totalmente monótono. Sus movimientos a la hora de servir el agua en la taza también fueron lentos.

—Sí, están en un spa tipo retiro. Con aguas termales y todo eso. —le contestó Kim. —Khun habló con Kinn.

Kinn esperó hasta que Vegas regresó al lado de Venice, ambos hermanos observaron a su primo acercar el vaso con el líquido translúcido a los resecos labios del niño, que al terminar de beber sonrió con satisfacción.

—Los chicos están bien....—empezó diciendo.

—Tan bien como pueden estar con Khun. —Interrumpió Kim.

Vegas se quedó asimilando lo que le acababa de decir su primo, y pese a que sus ganas de matar a Khun todavía estaban latentes muy en el fondo sabía que Pete merecía un descanso. Los últimos meses todos se habían estado esforzando demasiado, Porsche con la llegada de su bebé, Porchay demostrando siempre ser el primero de su clase, y Pete, dividiéndose entre ayudar a Macao y Venice. Un respiro no les vendría nada mal.

—Volverán el lunes por la mañana. Así que tenemos que cuidar a los niños hasta entonces. No es tan complicado, ¿no? —Kinn sonrió con suficiencia. —Digo, tienes más experiencia que nosotros.

Kim miró a su hermano sin creer lo que estaba diciendo. Esto era una locura.

Vegas se limitó a sonreír de lado, si su primo creía que cuidar de un niño era fácil, estaba jodidamente equivocado. Y si pensaba que hacerse cargo de un bebé era cosa sencilla, estaba demente.

𝐇é𝐫𝐢𝐭𝐢𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora