Capítulo 21

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—Vegas. Vamos, Vegas, despierta. —lo llamó mientras movía el cuerpo inerte de su pareja.

Pete se sentía un poco mal al ver a su esposo tan agotado, el último par de días, Vegas prácticamente se hizo cargo solo de los mellizos pues el pelinegro estaba en reposo absoluto según las indicaciones del doctor, claro que ayudaba a Vegas de vez en cuando pero era su esposo el que insistía en que estaba bien y que él solo se dedicará a descansar. El aspecto de Vegas siempre fue impecable, incluso durante algunos trabajos, odiaba estar desaliñado y casi nunca usaba ropa informal. Viéndolo ahora Pete se sintió tentado a tomar una foto y guardarla para usarla en un futuro, su esposo lucía un pantalón deportivo negro a juego con una playera gris que estaba decorara por varias manchas de lo que parecía ser vómito seco de sus bebés, sumado a eso su cabello estaba desordenado y tenía unas muy visibles ojeras que le agregaban un toque deprimente, y algo tétrico, a su rostro.

—Estoy despierto.

La voz ronca de Vegas provocó una sonrisa de parte del otro. Lo observó ponerse de pie y estirar su rígido cuerpo antes de ir hacía las cunas a su lado.

—Se despertaron hace poco. —comentó Pete. —Son muy tranquilos.

—Un punto a favor es que no despiertan llorando como Venice. —Vegas pasó a cambiar el pañal de sus hijos antes de tomar a su hija y llevársela a su esposo. —Creo que hoy vienen por ellos para bañarlos.

Pete asintió mientras alimentaba a la bebé con el biberón, Vegas se sentó frente a él y lo imitó dándole de comer a su hijo.
El silencio prevaleció de forma armoniosa, a los oídos de los adultos solo llegaba el sutil ruido que hacían ambos bebés al ingerir la fórmula.

—Venice, tiene natación y entrenamiento hoy así que llegará tarde. —informó el mayor después de unos minutos. —Kim y Porchay irán al colegio y lo llevarán al entrenamiento, no te preocupes. —se adelantó antes de que Pete pudiera refutar.

El pelinegro asintió. Venice tenía alrededor de cinco días asistiendo a su entrenamiento de defensa personal, Pete seguía creyendo que no era necesario, pero Venice mismo se había notado muy emocionado al respecto por lo que decidió no interferir. A lo largo de los días su hijo mayor lo iba poniendo al día con todo lo que pasaba en casa, el que su tío Khun era el que lo ayudaba con las manualidades o sus proyectos de arte, que el tío Macao, el tío Mark y el tío Porchay lo ayudaron con su experimento de ciencias y que el tío Kim lo ayudó con su cuestionario de idiomas, también le comentó que su tío Kinn lo había llamado para que jugará con su primo Mavi porque lo extrañaba. A Porsche lo había visitado un total de dos veces porque el subirlo y bajarlo de la silla de ruedas le generaba un dolor en la espalda baja así que el doctor le recomendó no hacerlo más, si embargo, en esas dos ocasiones se aseguró de hablar con su amigo por horas, también le agradeció por proteger a Venice en el momento del atentado.

—Por cierto… ¿Qué pasó con los tipos que entraron en esa ocasión? —preguntó Pete que, por un momento, había olvidado ese acontecimiento. — Ya no me contaste sobre eso.

—No te comenté porque en realidad no hay mucho que comentar. Lo mismo de siempre, un clan enemigo que quiere acabar con la familia por medio de los pequeños. — contó tranquilo. —Kim estuvo interrogando a los que quedaron vivos por tres días enteros hasta que lo soltaron todo. Nos dieron ubicaciones, nombres de jefes y socios. Fue fácil encontrar y hacer limpieza. Creo que quedó muy claro que la familia no se debe de tocar.

Pete sabía muy bien a lo que se refería con "encontrar y hacer limpieza" así que se ahorró la pregunta.

—Fue por eso que estuviste ausente aquella noche que Khun estuvo aquí. — Pete solo estaba planteando un hecho.

𝐇é𝐫𝐢𝐭𝐢𝐞𝐫𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora