Cielo azul claro con nubes blancas. Árboles frondosos y flores aromáticas. Pasto verde y pequeños insectos que caminaban en el. Personas salían y entraban de casa. Muchas personas caminando de un lado al otro cargando cosas en sus brazos. Venice se balanceaba con calma en el columpio del jardín mientras observaba como su tío Khun les gritaba a todos para que decorarán el espacio que usarían para el evento. Globos en colores pastel, grandes arreglos florales y mucha comida. Por supuesto todo con demasiado glamour y elegancia, el toque personal de su tío.
Sus hermanos, y primos, cumplían tres meses así que planeaban celebrarlo con una fiesta. Venice amaba las fiestas, y más cuando eran suyas, pero hoy todo se trataba de los más pequeños. La vida como hermano mayor era cansada, jugar con ellos era divertido pero los mellizos tenían la costumbre de llorar al mismo tiempo y era muy difícil hacer que pararan, a lo largo de los meses Venice se dio cuenta que ser hermano mayor era toda una tarea, su papá Pete le decía que no debía esforzarse tanto pero él quería ser el mejor hermano para ellos.
Hace unos días su padre Vegas los había llevado a su entrenamiento y tuvo el gusto de que le enseñara uno o dos movimientos. Durante ese proceso, Venice, aprendió cosas nuevas de su padre como su destreza en la lucha cuerpo a cuerpo y en la forma tan despreocupada en la que noqueó a varios de los contrincantes, aunque por supuesto después de llegar a casa y cuando le contó a su papá Pete lo increíble que era su padre, este los regañara a ambos. Otro cambio notable en su vida era la falta de su tío Macao, este junto con su tío Mark, habían tomado la decisión de aventurarse a vivir en Corea para alcanzar sus metas individuales pero juntos. Venice quiso irse con ellos pero su padre le recordó que tenía que asistir a la escuela, donde por cierto, tenía el primer lugar de su clase hasta hace un mes, cuando llegó Arima, la niña más insoportable, habladora y genial que pudo conocer nunca, ahora era su mejor amiga, ella había tomado su puesto como el mejor de la clase aunque suponía que no duraría mucho pues su comportamiento no era el más apropiado, no era mala, al contrario ella defendía a los otros niños que eran intimidados pero sus métodos eran propinar golpes como una bestia.
—¡Venice! —el grito de su padre se escuchó por todo el jardín. Para Venice, su papá Pete era el más hermoso de todos, y hoy mientras avanzaba hacia él luciendo ese traje casual en tonos blancos, parecía un ángel. —Ven aquí. Tú tío Khun se está volviendo loco buscándote para tomarte fotos. —La mano fuerte del pelinegro se extendió para que el niño la tomara y Venice no lo pensó dos veces antes de lanzarse hacia él.
Pete sonrió al efusivo abrazo de su hijo.
— Papá, ¿Puedo no tomarme fotos? — preguntó aún con su rostro enterrado en el estómago de su padre. — El tío Khun me hace hacer poses ridículas.
El padre del niño le dio la razón. Khun no estaba satisfecho con solo una foto o solo una pose.
— ¿Quieres que hablé con él hoy? —le dijo. —La próxima puedes decirle que no te sientes cómodo haciéndolo. No estás obligado a hacer nada que no quieras, ¿Está bien?
Venice meditó un poco y asintió.
—Solo por está vez, supongo que está bien. Pero si habla con él.
Pete acarició el lacio y negruzco cabello de su pequeño y sonrió. Venice había crecido tanto en esos meses, al mayor eso lo hacía sentir abatido. Durante la estancia de Pete en el área médica había visto a su hijo casi a diario por las tardes después de sus entrenamientos y antes de irse a dormir pero parecía que ese tiempo no fue suficiente. Fue debido a los entrenamientos, de hecho, que Vegas había consultado con un nutriólogo infantil y habían estado cambiando, solo un poco, la dieta de su hijo para darle más energía natural y ayudar a su metabolismo a actuar de forma correcta; como resultado de dieta sana más clases de natación más entrenamiento dieron el resultado de un Venice varios centímetros más alto y con su cuerpo más firme.
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𝐇é𝐫𝐢𝐭𝐢𝐞𝐫𝐬
Fanfiction...𝘈 𝘷𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘢 𝘭𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘧𝘦𝘳𝘳𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘪𝘯𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢𝘳 𝘴𝘦𝘳 𝘧𝘦𝘭𝘪𝘤𝘦𝘴, 𝘴𝘪𝘯 𝘦𝘮𝘣𝘢𝘳𝘨𝘰, 𝘯𝘰 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘦𝘯𝘵𝘦𝘯𝘥𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘰 𝘮á𝘴 𝘣𝘰𝘯𝘪𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘭 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘦𝘴...