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Tiempo atrás

— ¿Cuando saldrás del hospital?— Pregunto la pequeña a su madre.

— Pronto cariño, mientras tanto, Shinichiro te cuidara bien, ¿Verdad?— Miro a su hijo mayor con seriedad.

— Claro que si, no hay duda de eso.

— Te quiero mucho mamá.

— Te quiero más Mad.

Se despidieron con un abrazo antes de que los hermanos salieran del hospital. En el camino la pequeña rubia hacia las preguntas de siempre a su hermano mayor, le preguntaba cualquier cosa con respecto a su padre.

Había muerto cuando ella y su gemelo tenían tres años, lo único que recordaba de su padre era los abundantes cabellos rubios y rizados que tenía.

Y ahora su madre estaba realmente enferma, la visitaban una o dos veces por semana en el hospital para hacerle compañía.

— ¿A donde vamos?

— Quiero presentarte a alguien.

En cuanto llegaron a la plaza ya estaba allí esperándolos.

— Tardaste más que otras veces.— Dijo Izana al verlo, pero su atención se desvío a la niña que venía con el.— ¿Y ella?

— Te dije que te presentaría a nuestros hermanos. Ella es Madelynne, Mad el es Izana, tu otro hermano mayor.

El rubio se agachó un poco para quedar a la altura de la niña, esta saco su dedo de la boca y se acercó a él tocándole el cabello.

— Es muy suave.— Le dijo con asombro.— El de Manjiro está todo maltratado.

Ambos chicos rieron por el comentario. Esa tarde compartieron como una familia, así fue por muchos años más. Maddie se fascinaba con las historias sobre pandillas que le contaban sus hermanos, anhelaba ser como ellos algún día.

El día en el que se cumplió ese sueño llegó años después, estando en la cafetería Mitsuya les mostró los uniformes. Los chicos alagaron su trabajo y también el uniforme de Maddie.

El pantalón era señido a la cintura y cadera, de allí iba algo más suelto. La chaqueta era más estilizada y larga, casi como un abrigo, no tenía para cerrarse por lo que debajo usaba una camiseta blanca con cuello alto.

Todos estaban emocionados, la pandilla tomaba más y más reconocimiento, cada uno de los que se enfrentaban a ellos les tomaban respeto, muchos se daban un golpe con la realidad cuando trataban de enfrentarse a Mikey y Maddie.

— ¿Cuanto más tardará el idiota de Shin?— Observo el techo aburrida, había estado horas esperando a que su hermano apareciera en la tienda.

Entro con la llave que el siempre ocultaba, le tenía una sorpresa, su abuelo le enseñó a preparar pasteles a ella, su hermana y Mirai, quiso hacer uno especial para su hermano mayor.

Se espanto al momento que escucho algo romperse, pensó que quizás sería un fantasma.

— No es nada, no es nada, no es nada.— Se repitio a sí misma varias veces. Con toda su valentía reunida salió de la habitación de empleados y se asomo en el oscuro pasillo.

— Parece que no hay nadie.— No lograba distinguir quienes habían entrado.

— Apresúrate con eso, yo abriré para que puedas salir.

— Oye Kazutora, ¿Sigues ahí?

¿Kazutora, que hacia el en la tienda de su hermano? No lograba comprender porque entraría a robar, el no tenía necesidad de hacer eso.

Todo o Nada [Hanma Y OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora