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Maddie.

Paso una semana desde que me fui de la casa, Hanma me trajo con Izana ya que las estaciones siguieron cerradas al siguiente día.

Tuve que cambiar de número debido a que seguia recibiendo llamadas y mensajes de los chicos, hasta Baji y Kazutora me llamaron, cosa que me sorprendió muchísimo.

— Mad.— Kakucho entro con una bandeja entre sus manos.— Te traje el desayuno antes de irnos.

— Gracias.— Recibi la bandeja y la deje sobre la cama.— ¿También tienen trabajo hoy?

— Si, ya sabes como es.— Asenti ante eso, Izana y Kakucho trabajaban en unos trailes de comida rápida en una calle muy transitada.— ¿Has hablado con tus hermanos?

— No, creo que necesito tiempo.

— Deben estar preocupados por ti.

— El abuelo sabe que estoy con Izana, seguro les dijo que estaba bien.

— Pero deberían aclarar las cosas Madelynne.

— No tiene nada que aclarar con ellos.— Ambos giramos hacia la puerta, Izana se mostraba enojado.— Se nos hace tarde Kakucho.

Este no dijo nada y en cambio se puso de pie. Mientras terminaba de desayunar recibí un mensaje de Hanma.

『°•°•♥︎
            Hanma S.♥︎: Hola chica linda, como            amaneces? 
✅✅

No pude evitar sonreír al leerlo.

Mejor que tu seguramente.

Graciosita, harás algo hoy?

Pensaba quedarme en casa, y tu?

Pensaba que podríamos vernos.
✅✅

Me parece bien, salgo en un rato otra allá.

Creo que es mejor que yo vaya a donde te estas quedando, aquí la ToMan y RedS siguen rondando por todos lados buscándote.

No queremos que nos dañen la cita.

No es una cita.

Lo que tu digas, salgo para allá en 20min preciosa.

Oki.

♥︎°•°•°•』

Ya que ahora tenia planes, me puse a buscar algo para ponerme, el día parecía que iba a estar soleado, por lo que opte por ponerme uno de los vestidos que me regalo Izana.

Recién había salido del baño y me estaba maquillando cuando sonó el timbre. Dejé a Hanma entrar y se quedó en la sala mientras terminaba de cambiarme. Cuando salí lo encontré mirando las fotos que estaban por la sala.

— ¿Ese es tu hermano?— Asenti, era una foto mía y de Izana.

— Si, fue el día que nos conocimos. La tomamos con la cámara de Shinichiro a escondidas.

No pude evitar reírme ante el recuerdo, Shinichiro estuvo buscando su cámara por toda la plaza sin saber que la teníamos nosotros dos.

— Vamos antes de que se haga tarde.

— ¿Para que?— No respondió, solo me tomo de la mano y salimos juntos de la casa.

Manejaba igual que la primera vez, como si estuviera en una carrera. Se detuvo frente a un gran edificio, en un letrero del segundo piso se podía leer "Museo de arte e Historia Natural"

— ¿Al museo?— No era malo, pero tampoco lo que me esperaba.

— Te gustará.— Después de pagar una suma por un ticket para permitirnos ver el museo entramos juntos.

Las pinturas eran inmensas y hermosamente maravillosas. Una en especial llamó mi atención.

— ¿Que es?— Pregunte hipnotizada con los trazos de aquella obra.

— La inocencia y la maldad personificadas, ¿Ves como la inocencia se corrompe conforme toma la mano de la maldad?— Asenti y el continuo.— Pasa lo mismo con la maldad, se corrompe de la bondad que proviene de la inocencia conforme se juntan. Salen de su naturaleza al estar juntos

— Es hermoso.— Dije fascinada.— No pensé que este tipo de cosas te gustaran a ti.

— Te sorprendería saber todo lo que me gusta.— Su fuerte mirada me hizo sentirme pequeña, en ese momento por alguna extraña razón me perdi en su sonrisa.

— Sigamos viendo la galería.— Dije para evitar mirarlo.

Las próximas tres horas estuvimos recorriendo el edificio, probamos una sala sensorial, hubo una exposición sobre los girasoles de Van Gohg y también vimos muchas cosas sobre la naturaleza, fósiles, restos de dinosaurios y muchas cosas más.

Al salir del museo pasamos a comer algo en un puesto de comida rápida que estaba en frente.

— Creo que ya es tiempo de ir a la siguiente parada.

— ¿Hay más?— Pregunte poniéndome de pie.

— Claro que hay más.— Sonrio indicando que planeaba algo.

Esta vez fuimos más lejos, condujo por dos horas enteras, se detuvo frente a un portón en una zona rural.

— Vengo por la reservacion de las cuatro de la tarde.— Hablo por el pequeño comunicador junto a la entrada.

—  Indique su nombre por favor.— Le respondieron de vuelta.

— Hanma Shuji y Madelynne Sano.

— Bienvenidos.— Las grandes puertas se abrieron para darnos paso al interior del lugar.

— ¿Que es este lugar?— Pregunte viendo el terreno inmenso que abarcaba.

— El paraíso del motocross.— Respondió ayudándome a bajar.

— ¿Habrá una carrera?

— Si.— Dijo con una sonrisa.— Entre tu y yo.

Todo o Nada [Hanma Y OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora