Ya no hay secreto

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Megan salió de la ducha mientras tomaba la toalla y comenzó a secar su cuerpo, una vez finalizó, secó rápidamente su corto cabello oscuro. Buscó un bóxer y tomó una remera, se lo puso y se tiró a la cama.
Perdió su vista en el techo, y no pensaba en nada.
Sonó su celular que estaba en la mesa de luz y lo tomó sin prisa para ver que era un WhatsApp de un número desconocido.
Le habían enviado una imagen que solo se podía ver una sola vez.
La abrió entonces y su reacción fue rodar los ojos y largar un suspiro de fastidio.
La foto mostraba a una joven posando de alguna manera provocativa mostrando las grandes tetas al aire. Decía entonces debajo de la imagen
"puedo quitarme el resto y enviarte otra foto, que tal si mientras, me muestras que tan dura se te pone viendo mis grandes tetas"

Toda esa semana lo único que recibía en el celular eran mensajes, fotos y videos de chicas de la universidad. Eran muchas y no sabía cómo mierda habían conseguido su número.
Todo comenzó con un estúpido incidente o descuido, como mejor le venga a la situación. Días atrás hubo un viaje educativo y tuvieron que acampar, la primer noche fue agradable porque durmió en su propia carpa/tienda sin tener que compartir con nadie.
Pero en la segunda noche mientras estaba durmiendo ya en altas horas de la madrugada una de las jóvenes optó por irse de la carpa que compartía con sus otras dos amigas ya que estaba por demás incómoda y comenzaba a sudar. No tuvo mejor idea que meterse a la carpa de Megan, que descansaba plácidamente en bóxer y una remera blanca. Era normal, pero no contaba que pasaría algo como aquello. Tiffany la descarada que ingresó a la carpa se quedó helada por no decir estúpida viéndole semejante bulto ya que a Megan se le estaba despertando el amigote. Quien sepa que estaba soñando. Y como buena descarada llevó su mano a la entrepierna y manoseó de tal forma por encima de la tela que cuando notó lo grande que era eso y lo que faltaba por crecer no dudó en querer meter su mano allí dentro y empezar un masaje de arriba a abajo repetitivas veces, pero gracias a los dioses, Megan despertó antes al sentir su presencia, se sentó y tapó lo más rápido que pudo. Pero que va, si ya era tarde, ya le había visto lo suficiente. Tiffany que estaba mordiéndose su labio inferior, antes que Megan hablara salió de allí casi corriendo .

Al otro día, casi todas las mujeres le veían extraño, bajaban la vista a su entrepierna, supo que Tiffany había contado entonces su secreto.
Tanto que se había esforzado en ocultar el bulto por tantos años. Usaba buzos largos o en verano pantalones holgados en la entrepierna para disimularlo mejor. Ocultarlo tanto para que ahora de repente tantas personas lo sepan.
Definitivamente debía de cambiar su número de teléfono. Lo haría ese mismo día a la salida de sus clases. Clases que empezarían en media hora así que terminó de vestirse con un pantalón negro, una remera mangas largas color blanco y zapatillas negras. Tomó su morral y salió. De camino le dio tiempo de comprar un café, llegando se dirigió a guardar unos libros y sacar otros. Se dio la vuelta e iba a dirigirse a su aula en cuanto recibió un empujón en su hombro y brazo derecho.

- Fíjate por donde caminas Marimacho! A poco y sueñas con haber nacido con uno así - decía Jony L. Mientras se tocaba descaradamente su entrepierna por encima de la ropa con una asquerosa sonrisa burlona para luego seguir su camino.

-Por qué siempre me cruzo con gente tan imbécil ? - se preguntaba por lo bajo Megan.

Marimacho le decía siempre Jony London.
Siempre cada vez que le cruzaba no perdía oportunidad de molestarle. A veces cuando le veía ingresar a los baños de mujeres le gritaba cosas como "He tío, que ese es el baño de las damas"!

Le sería más fácil cambiarse de nombre, lo pensó muchas veces. Se llamaría tal vez Peter o tal vez Jake , David o Steven.
De esa forma podría ingresar a los baños de hombres y competiría con los estúpidos como Jony para ver quien la tiene más grande y saldría con una victoria.
Megan mide 1.70 es de cuerpo delgado y marcado abdomen.
No tenia un rostro muy femenino, tampoco muy masculino, era un rostro andrógino, y sus pechos de mujer ya no estaban, siempre había tenido pequeños pechos y optó unos años atrás operarse, fue una pequeña operación por lo que prácticamente en su caso, no dejó cicatriz visible. El ejercicio que dedicó luego terminó por dejarle un pecho trabajado. Si alguien no escucha que se llama Megan, no creerían que había nacido mujer por lucir como un tío. Su voz ronca y seductora tampoco ayudaba a dar señal de aquello.
Estaba convenciéndose cada día más de que era un tío a medio terminar, que le hicieron a media, que quizás necesitó unos meses más dentro de la panza de su madre.
Que va , tantas cosas pensaba.

Finalizaron las clases y ya estaba de salida, se puso los auriculares inalámbricos y comenzó a escuchar de su música preferida.
Unos diez minutos después recibe un video de número desconocido, 10 segundos duraba nada más, le dio play y sintió un tirón en la entrepierna.
Se veía como la muchacha del video se masturbaba, masajeaba su clitoris rápidamente de forma circular y con su otra mano metía dos dedos en su coño haciendo un mete saca lo más rápido que podía y ya estaba echa un río. Entonces tuvo un orgasmo intenso que le hizo gemir alto en los oídos de Megan que agradecía haber llevado conectado los auriculares.
Su polla estaba con las intenciones de despertarse y pedir a gritos zambullirse en un coño así de húmedo. Estaba en el medio de la calle, prácticamente viendo un video porno. Todo fue culpa de Tiffany se recordó.
Borró el video de esa fulana y sacó el chip y se fue a comprar otro a la tienda más cercana.
De seguro otro tío estaría fascinado de recibir esos videos y fotos a diario, pero Megan no podía entender como tantas mujeres de su clase y otras que pertenecían a otros cursos, podían llegar a ser tan fáciles.
Envió su número nuevo para los contactos importantes, de la familia y dos amigos que tenía, que estaban en otra ciudad.
De echo los visitaría tan pronto en cuanto finalizara el año, faltaba demasiado poco. Ya no volvería a saber del idiota de Jony, ni tampoco tendría que soportar los acosos de unas cuantas chicas.
Poco menos de un mes y se tomaría unas merecidas vacaciones en Florida, inclusive si tenía suerte se mudaría allí.
Cambió a una nueva canción y siguió su camino a casa, necesitaba un descanso mental con urgencia.

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Si el contenido les parece fuerte les recomiendo abandonar la lectura para evitar poner malos comentarios en la historia.
Si alguna escritora quiere colaborar en las siguientes partes puede comunicarse conmigo al privado.

Disculpad por la música pero es lo que escucha Megan.

Edgar Mcfly (GIP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora