06:55 pm.
Respira profundo.
Bien, faltan 5 minutos para qué Ulises llegué.
Hemos pasado una tarde agradable, en el centro comercial. Además de ayudarme a elegir mi vestido y pasar por el salón de belleza para hacerme un delicado recogido todo ha salido fabuloso.
Nerviosa? Siii hasta podría morir.
Ósea mi padrastro y madre estarán ahí.
Liam estará ahí!!!
Aunque deseo ver las caras de estos cuando me vean llegar con Ulises y más cuando Liam sepa qué el es de la empresa de Dubái.
Morirá.
Realmente Ulises es una gran persona en todo.
Según tengo entendido Estiven y Estefanía asistirán a la cena gracias al trabajo.
Aprovecharé para chismorreo entre amigos.
El sonido del timbre de mi piso me hace salir por la puerta de mi habitación, tomando la delicada cartera con lo necesario además de mi discreta pero bien combinada chaqueta de piel transparente.
Me veo por última vez en el espejo que se encuentra en la sala.
Bien aquí vamos. Tú puedes Carolina!
Abro la puerta encontrándonos aún Ulises que Dios deja sin palabras.
Estás divina – dice asombrado a pesar de ya haber visto mi vestido.
G-Gracias tú no te quedas atrás sin duda hoy no pasa desapercibido por ninguna chica – digo admirando la vista.
Créeme qué tendré qué fijarme bien en qué no te roben está noche – dice coqueto.
Haha, nadie querrá robarme – me rio.
Vamos dulce dama – dice extendiendo su brazo.
Lo tomo gustosa y salgo cerrando la puerta de mi piso.
Bajamos las escaleras que llevan a la calle y me sorprendo a ver tremenda limusina blanca impecable.
Esto es…demasiado – exclamó con sorpresa.
Nada de qué asombrarse, créeme por mi iría en auto pero por la empresa no puedo darme ese lujo – explica sonriendo.
Es fascinante – digo sonriendo.
Vamos – dice y abre la puerta para qué yo entre antes qué él.
En serio es bellísimo – comentó.
Te dije qué debería preocuparme en qué no te roben hoy – dice divertido.
Deja eso… y gracias por todo – exclamó sincera.
No cualquier chico te lleva en su limusina, ni como su acompañante a una cena lleno de hombres ricos con sus mujeres llenas de siliconas.
No es nada además en todo caso Gracias a ti, por ayudarme en está y brindarme tú grata compañía – responde agradecido.
No debes porqué ambos nos conocemos de años y te ayudaría si está en mis manos – digo sonriendo.
Y así nos encaminamos a otro viaje incierto donde no sabemos lo que la noche nos dejará.20 minutos después.
Hemos llegado, ya sabes hay reporteros y nos tomarán fotos así qué Sonríe como solo tú sueles hacerlo vale? – ordena/Explica/ pregunta Ulises.
Vale – digo sonriendo.
Así ahora permítame bella dama – dice saliendo él y luego tendiendo su mano para que yo pueda salir.
La tomó, pongo mi primer pie fuera del auto, luego el otro y así salgo como toda una diva de película, quién diría que esto me pasaría a mi.
Todos los reporteros están con alguien más entrevistándole.
Pero al verme bajar y posicionar a Ulises a mi lado todos giran y nos llenan de fotos, dejando atrás a la persona que entrevistaban.
Empezamos a caminar estilo actores de Hollywood y debo admitir muero de nervios.
Vamos jamás había estado en un lugar como este.
Todo el tiempo sonrió y agradezco qué Ulises tome mi mano además de mi espalda.
Señor Girmanio qué alegría verle aquí pero podría decirnos quién es la hermosa señorita qué lo acompaña? – pregunta uno de los camarógrafos.
Claro, buenas noches señores es un placer estar aquí hoy. Ella es la Señorita Carolina Herrera – responde con una gran sonrisa Ulises.
Es acaso su novia? – pregunta otro reportero.
Ya desearía yo Pero No, aún no – dice divertido Ulises.
A pesar de qué habían más preguntas Ulises paso de ellas disculpándose y despidiéndose y nos dirigimos hacia dentro del lugar.
Y vale decir qué al poner un pie en el lugar todas las miradas se concentraron en nosotros poniéndome algo incómoda.
Tranquila te dije qué tendría qué velar qué no te robaran hoy – dice Ulises en mi oído.
El lugar es un gran salón, al estilo teatral. Grandes copas en los cielos con algunas aberturas permitiendo una vista espectacular hacia el cielo pero que está cubiertas por vidrio.
El piso es de alfombra roja, las mesas y sillas están ordenadas adecuadamente, decoraciones por doquier esto es simplemente maravilloso.
Me siento como si estuviese en algún lugar parecido al Reino qué aparece en la película: El diario de una princesa.
Caminamos hacia donde toman los abrigos y dejamos los nuestros.
Ven, te presentaré ante la comitiva oficial de la empresa – dice sonriente Ulises.
Espero no interrumpir en nada – digo nerviosamente.
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Una Vida No Tan Vida.
Short StoryNo siempre creas en las personas... Recuerda que somos como las monedas, nunca sabes que lado te toca.