Capítulo 45

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Capítulo corto

Llevo sonriendo como tonta toda la mañana, me he despertado y me he quedado embelesada viéndome la mano y al mismo tiempo al que ahora es mi prometido.

Es mucho para asimilar, pero empezamos por el principio.

Antes era un chica de 16 años en una relación con un chico de 17, nuestra relación era muy bonita delante de todos, hasta que pasaron al menos, 9 meses y empezó a demostrar sus verdaderos colores, llegaba donde mi borracho y lleno de golpes y me decía que todo era mi
Culpa, que era mi culpa que el estuviera así.

Y pasaron los años y el seguía viniendo borracho, me golpeaba cuando intentaba ayudarle, me hablaba horrible cuando yo claramente nunca le había hecho nada.

Incluso había veces que eran tantos golpes, tantos moretones que mi mamá una vez me vio uno y pues tuve que inventarle algo, comencé a taparme los golpes con maquillaje, incluso llego una vez a literalmente obligarme acostarme con el, lo hizo algunas 5 veces en nuestra relación aunque yo no quisiera, el se salía con la suya y me amenazaba para obtener lo que quería.

Estuve así por más de 5 años, hasta que termine la preparatoria y venía para la universidad y aquí conocí personas increíbles, un chico que...no se como describirlo, hemos pasado muchas cosas juntos, y acá estoy. París con un anillo de compromiso en mi mano.

—No hace falta que pienses tanto en mi, ¿sabes?

Miro hacia mi izquierda y puedo ver a Alexander frotándose los ojos, ya que se acaba de levantar lleva todo el pelo despeinado y anda sin camisa, sus hermosos ojos como el cielo me miran y me me sonríe.

—Pídeme algo más fácil.

—Soy irresistible lose preciosa —dice sonriéndome— Ya caerás en mis redes.

Sonrió —Caí en tus redes hace rato —Me inclinó y le robó un beso en los labios—

Una risa se le escapa en medio de nuestro beso.

—No me quiero ir. —digo colocándome en su espalda y besándole en hombro— Me quiero quedar.

—Por mi no hay problema. —Dice— Nos
Podemos quedar más tiempo si quieres.

—No, no te preocupes, tengo que ir a la universidad, me falta poco para terminar el cuarto semestre.

—Sabes que si te quieres quedar más tiempo...

—Que no, que esta bien Alex.

—Siempre tan terca.

—Siempre tan intenso.

[]

Estaba haciendo un frío que te cagas acá en Manhattan, joder enserio, que frío del culo.

Apenas había bajado del avión hace como 20 minutos y no podía con mi ser. Allá en Francia hacia un frío tremendo pero acá está seis veces peor.

—¿Tienes frío? —pregunta Alexander—

—Soy un cubito de hielo ahora mismo, pero siempre team frío. —digo haciendo una pose de cadete— Soy fiel.

Alexander llevaba un chándal gris completo y un saco, mientras yo llevaba una falda negra de cuero con unas medias de redecilla y un top negro. Obvio, antes muerta que sencilla.

—Ten. Te vas a congelar. —me dice extendiendo su saco hacia donde mi—

—Me voy a congelar pero estoy guapísima.

—Siempre lo estás.

Mis mejillas se tiñen de rojo en un santiamén ante su cometario, me coloco el saco para que no se me vea la cara.

—Tú y tus comentarios.

—¿Que? ¿Te avergüenza que te diga que siempre estás hermosa? —dice sonriendo—

—Más o menos. —digo peinando mi cabello— No es que muchas personas me digan que soy hermosa todos los días.

—Yo no soy todos.

—Lose, por eso me enamoré de ti. —digo mirándolo a los ojos—

Nunca me acostumbraría a que los ojos de Alexander brillen y se ponga rojito cuando le digo este tipo de cosas. Jamás. Es tan lindo y tierno verle sonrojarse...

—¡Ay, que lindo!, ¡Se ha puesto rojito!

Alexander rueda los ojos para luego sonreír nervioso.

—Ya deja de decir esas cosas Val.

—¿Te avergüenza que te diga esas cosas? —uso
Palabras similares a las que me dijo hace rato—

—No me avergüenzo, solo que es...raro.

—¿Raro?

—Si. Es la misma situación, yo siempre era el que daba el primer paso en todo, si ella no me daba un beso yo lo hacía, si ella no me abrazaba lo hacía yo. Yo era el de la
Incitaba por así decirlo, se puede decir que nunca me llegaron a decir ese tipo de cosas.

—Yo no soy ella.

—Ni similar.

—A mi si me gusta abrazarte, besarte y mimarte. Me gusta hacerlo. —digo abriendo mis brazos para luego abrazarlo— Me gusta mucho hacerlo.

—No sabes cuanto me gustas Valeria.

—Tú no sabes cuanto me gustas Alexander.

Sus manos se posan en mis mejillas y junta nuestros labios en un beso delicado.

—Te amo Alexander. —digo en medio de nuestro beso—

—Y yo a ti Valeria. —dice besándome la frente— Muchisimo.

Y así fue, como de la mano de Alexander me
Si cuenta de que me había enamorado más de la cuenta de Alexander.

[]

Abro la puerta y corro hasta la sala donde están todos.

—¡He vuelto! —gritó haciendo que todos los
Presentes en la sala me miren—

En la sala estaban, Jessica, Samayi, Sofía, Alexis, Alejandro, Jacob, Sony y Carlos.

—¡Perra! —grita Samayi corriendo hasta donde mi para abrazarme— ¡Volviste!

—Creo que eso fue lo que dije.

Jessica vino También viene hasta donde mi pata abrazarme.

La sala se volvió un salón de abrazos. ¡Venga por su abrazo gratis!

Todos nos sentamos en los sillones de la sala
A hablar sobre todo, lo que nos perdimos y todo el chisme de la semana.

—Hablando de otro tema... —inicia Jessica— Lindo anillo. —toma mi mano y la observa de cerca—

—Eso...no es un anillo de accesorio Jessica. —dice Samayi—

—¿Como que no? —Dice juntando su entrecejo— ¿Val?

Abro los ojos intentando darle alguna señal y al fin parece captar.

—No mames... —se taba la boca con una mano— No me digas, es...es joda, ¿no?

Niego —¡No mames! —grita para luego tirarse sobre mi y abrazarme— ¡Te me casas perra!

—¿Como? —pregunta Alejandro— ¿Ya se lo pediste y yo ni enterado del chisme?

Todos comienzan a hablar sobre los detalles y todo eso. Parecieran estar más felices que yo. Y no saben lo feliz que me pone eso.

Nota de autora: <3

Después de Tanto [COMPLETA] [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora