Capítulo 49

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Hace una semana cumplí los 4 meses, hemos estado muy ocupados con esto del nuevo integrante de la familia, ya que el mes pasado nos la pasamos muy ocupados comprando las cosas que nos faltaban para la habitación del bebé. Compramos muchas cosas unisex ya que no sabemos el sexo del bebé aún.

Sinceramente estoy demasiado feliz por lo que esta aconteciendo en mi vida, ayer estaba con un chico que se quería más a él que a mi, y ahora estoy con mi futuro esposo y padre de mi futuro bebé. Como cambian las cosas, ¿no?

Andaba viendo un película de Disney con mi hermano Ethan en la habitación.

Mi familia se mudo acá Manhattan hace como dos meses, Alexander se ofreció a conseguirles un departamento donde vivir. Y así fue, mis padres viven en un departamento a dos cuadras de acá.

Alexander y yo estamos planeando mudarnos
Solos, y que nuestro bebé crezca en una casa, familiar y no en una casa donde viven más de 10 personas. Alexander dice que prefiere estar en algo más privado, y ver jugar a su niña o niño en el patio. Que por cierto, esta casa no tiene patio.

Alexander en estos momentos está en la empresa, venía en unas horas, su papá lo dejaba salir más temprano ya que me tiene que cuidar según el. Pero yo estoy muy bien acompañada, ya que las chicas no salen de mi habitación.

Estábamos viendo la sirenita, y Ethan le estaba hablando a la pancita.

—Tú no vas a dar nada por un hombre, ¿oíste? Serás una chica independiente. Si el se quiere ir que se vaya, y se quiere quedar que se quede, si te cuernea lo dejas estéril y luego lo dejas. ¿Entendido? —le habla a la pancita— Eso es, una mujer independiente, que no dependa de ningún hombre, tú no necesitas a los hombres, los hombre te necesitan a ti. —le da un beso a la panza—

—¿Porque hablas como si fuera una niña? —preguntó riendo—

—Fácil mi querida hermana, tengo el presentimiento de tío luchon, de que va a hacer una niña.

—¿Tío luchon?

—Su supermán, su tío favorito, su sugartio. Todo.

Una carcajada se hace presente en mi al escucharlo.

—Quisiera quedarme más, pero tengo que ir a trabajar. —dice dándome un beso en el cachete— Adiós hermanita. —le da un beso a la panza— Adiós hermosa.

Luego sale corriendo de mi habitación.

Ethan trabaja en un restaurante a unas cuadras de acá en sus tiempos libres luego del instituto.

Me levanto de la cama y voy al baño a tomar una ducha, sin al rededor de las 6 de la tarde. Entro a la ducha y el agua cae por todo mi cuerpo empapándome toda.

Salgo de la ducha y comienzo a desenredar mi pelo. Toda la ropa me queda chiquita ahora, no tengo la panza tan grande, apenas como una pelota de voleibol un poco desinflada.

Tenía unos pantalones de pijama y una polera de alexander.

Salí del baño y me siento en mi piano, tenía la costumbre de tocar siempre cuando estaba cayendo la tarde, y eso lo estoy retomando.

Por la sala se escucha la melodía de la canción "Dandelions" de Ruth, es de mis favoritas. La canción va por la mitad cuando escucho la puerta abrirse y veo por la puerta entrar a un Alexander con la camisa negra con los primos botones desabrochados y la corbata en la mano.

—Hola hermosa. —dice acercándose a mi y dándome un beso— ¿Y tú? ¿Cómo estás? —le da un besito a la panza—

—¿Como estás cariño? —pregunto levantándome del piano—

—Cansado. —dice quitándose la corbata—

—¿Tienes hambre? —preguntó rodeándole la cintura con los brazos, el asiente— Tú toma una ducha, que yo te preparo algo de cenar.

—Muchas gracias hermosa. —dice entrando al baño—

Salgo de la habitación y voy a la cocina, y ya en ella le preparo la cena. La cena consistía en papas fritas con un filete de cerdo.

Subí a la habitación y le di la cena a Alexander.

Después puse una película en la televisión, alexander al terminar de comer se acosto arriba de mi obviamente dejando espacio para no aplastarme la pancita, últimamente estaba teniendo problemas para dormir, ya que le han dejado la empresa a Alexis, entonces ambos la llevan y es estresante. Por lo cual no consigue bien el sueño.

Comienzo a hacerle caricias en el pelo y a besar su carita. Puedo sentir sus suspiros y sus labios pausados, queriendo decir que se ha dormido.

Sus largas pestañas descasan sobre sus pómulos, sus labios están ligeramente abiertos y su pecho bajaba y subía ligeramente, su cabello negro estaba todo regado...

Era tan hermoso...

Y es mío, perras.

Nota de autora: sinceramente ya no se que decir.

Después de Tanto [COMPLETA] [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora