Capítulo 50 -Final

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¿Novedades? Muchísimas.

Ya llevo 9 meses con esta panzota, parezco una bola de basketball, creo que hasta más grande que dos bola de basketball. No puedo hacer absolutamente nada, ni tocarme los pies puedo. Creo que ni verlos.

Alexander hace todo por mi, pobrecito, ya parece que el es el que está embarazo y no yo.

Siempre anda cumplidos mis antojos, todos mis caprichos, hasta aprendió a tocar piano por mi ya que no puedo tocar. Resulta que la panzota que tengo llega a las teclas, y tengo que tirar el banco hacia atrás para poner llegar, pero es incómodo, apenas toco las teclas con mis bracitos. En estos últimos 5 meses Alexander se hartó de mis quejas de no poder tocar y tomo unas clases para aprender a tocar. Se puede decir que lo hace bastante bien, tiene el toque.

Y si, tengo nueve meses, ósea que ya se el sexo de mi bebé. Pues, no es solo un bebé, son dos. Y son niñas.

Mackenzie y Charlotte, Alexander escogió el de Mackenzie y yo el de Charlotte, sinceramente me gustan mucho sus nombres.

Pero tengo el presentimiento de que no se van a parecer en nada, muy gemelas y todo pero al menos de aspecto no se van a parecer.

Cuando nos dimos cuenta de que eran dos bebes y eran niñas me dieron ganas de llorar, si, por las dos cosas, una por Alexander que retenía sus lágrimas con cada fibra de sus ser y también por la noticia.

Decírselo a nuestros papás fue todo un drama, duramos una semana viendo quien se lo decía, y se dieron cuenta por una de nuestras discusiones, no por nosotros. Se enojaron un rato pero ya después se pusieron muy contentos.

Ya finalmente compramos nuestra casa, nuestra casa tenía 5 habitaciones, tres baños, una piscina en el patio, un pequeño salón de juegos, algo que vi innecesario al principio fue la sala de cine que tiene la casa, si, tiene una sala de cine. Pero ya después de usarlas me di cuenta de que la necesitaba en mi vida. Y tiene juegos en el patio, tipo de toboganes y trampolines.

Al principio no se van a usar, solo hasta que crezcan las niñas supongo.

Alexander y yo pospusimos nuestra boda para cuando ya tuviéramos a las gemelas con nosotros, ya que con esto del embrazo no hay boda en todo este tiempo.

—¡Ya casi sale, tu puedes valeria, tú puedes! —dice la doctora—

Oh, y otra cosa se me olvidó decir, estoy dando a luz gusto ahora.

Siento que me va el alma, ¡me voy a morir!

Pujo con mi ser, esto es horrible, pero horrible. ¡La veo!, ¡veo mi alma salirse de mi cuerpo!, ¡mírenla ahí arriba!

—Tú puedes amor. —me alienta Alexander—

Mi pecho subía y bajaba rápidamente —No...no puedo. —tiro mi cabeza en la espaldar de la camilla— No puedo hacerlo.

—Si, si que puedes. Estamos a nada de conocer a nuestras pequeñas, no te rindas ahora. Tú puedes Amore.

El besa mi frente sudada sin importarle nada, y aprieta mi mano, en sus ojos puedo ver lo preocupado que esta. Puedo ser tonta y todo, pero sinceramente, se nota que le importo mucho a Alexander. Y si, otra novedad e recuperado mi amor por mi misma, y mi seguridad ha vuelto.

Este no es un momento para hablar sobre ese tema...

Puedo ser tonta, pero en sus ojos siempre veo el amor con el que me ve siempre, sus ojos brillan cuando me ve, y puedo estar 100 por cierto segura que los míos se ven igual cada que lo veo. Amo alexander como a nadie ahora mismo.

Asiento y continuó con mi labor de parto.

Me voy a partir en dos...

—Lo lograste. —dice Alexander abrazándome—

Escucho unos gritos que me hacen abrir los ojos que no se en que momento los cerré y veo a Alexander abrazándome.

—¿Lo logre? —pregunto sintiendo mis ojos empaparse de lágrimas—

—Lo lograste mi vida, lo lograste. —veo en sus ojos las lágrimas que está reteniendo—

—Estas en toda la libertad de irte corriendo ahora. —bromeó—

—Créeme que pudieran estarme ofreciendo esa oferta millones de veces y en ni una sería capaz de hacerlo.

Me entregan a mis niñas, y las ponen a mis costados.

Los llantos de ambas no me molestan, es raro, decirlo pero...mi hijas.

Dios, ¿estoy soñando? Esto no puede estar pasando, tengo unas niñas, soy mamá...

¡Soy mamá!

Volteo a ver a Alexander quien tiene una de mis hijas en brazos y puedo ver su adoración mientras la ve.

—Es hermosa. Son hermosas. —digo refiriéndome a mis hijas—

Hijas, hijas, hijas...

—Se parece a mi amor. —dice alexander y puedo ver sus ojos brillar— ¡Se parece a mi!

Sonrió y veo como se acerca a besar mis labios.

—Y ella se parece a mi. —digo refiriéndome una de mis hijas la cual la tengo al lado—

Se llevan a mis hijas a bañarlas y a hacerles el chequeo y ambos nos quedamos solos.

Alexander se acerca a mi y me abraza y me besa toda la cara.

—Gracias, muchas gracias. —dice entre besos—

—¿Porque? —digo riendo—

—Por hacerme el hombre más feliz del mundo.

Nota de autora: ¡Voy a llorar, voy a llorar! Sean todos bienvenidos a el penúltimo capítulo de DESPUÉS DE TANTO.

Muchas, pero muchas gracias a todos y a todas por estar acá todo este tiempo, de verdad se los agradezco de todo corazón. Los amo demasiado 💗

Estén atentos porque esto no acaba, tendrán demasiados extras de mi parte, mis niños Valeria y Alexander no se me escaparán tan rápido 😼🫶🏻

NOTA: el día 15 de diciembre estaré publicando el epílogo, por lo cual tengan sus alarmas puestas mis niños 😻

Si me extrañan, lean mi otra historia que esa si la estaré actualizando estos días, ÉLITE los espera con ansias.

¡Los amo! Chau.

Después de Tanto [COMPLETA] [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora