Capítulo 12

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Llego el gran día mandaría todo a la mierda, eso incluía mi trabajo, mis jefes y mi inestabilidad emocional y me sentía realmente bien, creo que esto era lo que estaba esperando una excusa para poder salir de ahí, aunque algo si es seguro, extrañare demasiado a las chicas, espero tener contacto con ellas luego de esto. Me puse un pantalón a cuadros color gris, una polera blanca, zapatillas (en caso de que tuviera que correr, uno nunca sabe lo que pueda pasar), mi cabello lo deje suelto y me maquille los labios de un color rojo intenso. La verdad siempre he pensado que se debe estar digna incluso cuando estas destrozada y me sentía hermosa ideal para cortar relaciones laborales y sentimentales de raíz.

- ¿a dónde vas tan hermosa? - pregunto Katrina mientras me sentaba a desayunar con ellos

- al trabajo - respondí con la boca llena, ya se me estaba haciendo tarde

- ¿No habías renunciado? - pregunto con el ceño fruncido

- Mentalmente sí, pero aun debo hablar con Dimitri y hacerlo formalmente - Katrina me miro molesta - ¿Qué? debo hacer las cosas de la manera correcta

- Tu lo que haces es buscar problemas. Puedes llamarlo y decirle lo que pasa - comento Kat molesta. Dante divertido me miraba de reojo - Estos chicos de hoy en día lo único que saben es empeorar las cosas

- No te enojes Kat, te saldrán arrugas - conteste molestándola, esta respondió lanzándome una cuchara de palo que impacto en mi mano - AUH - me queje - Tranquila solo debo entregar mis cosas y ya está, anoche no pude hacerlo.

-Mas te vale Fiorella Salerno - dijo en tono acusatorio

Llegue a la empresa y una extraña sensación me invadió, como si un detector de problemas viniera incluido en mi cerebro. Salude a Tomás en la recepción y entre en la cafetería, necesitaba un café para botar el estrés y calmar mis ansias, mientras la chica del mostrador preparaba mi pedido miraba a mi alrededor sabiendo que este sería el ultimo día aquí.

Me pregunto si alguna vez en mi vida encontrare la ansiada paz, incluso sin buscar problemas estos llegan a mi es como si de alguna manera los atrayera.

- Si quieres mi opinión el café de vainilla es el mejor - dijo Dimitri, se veía realmente bien un traje gris ajustado, una barba de algunos días y el pelo con un estilo desordenado - hola - dijo este cuando cruzamos nuestras miradas, aunque la suya tenía un toque de tristeza tal vez.

- Hola - contesté entregándole una sonrisa - Lo siento, el cappuccino sigue siendo mi favorito, pero lo pediré en otra ocasión - respondí mirando como la chica de manera experta preparaba mi café, creo que nunca había puesto atención en ello.

- ¿Cómo estás? -pregunto parándose a mi lado para pedir sus cosas mientras yo pagaba - te vez hermosa como siempre.

- Estoy bien ¿y tú? - pregunte amablemente, si soy sincera me siento fatal con él sé que no quiere que me vaya.

- Bien - comento guiñándome el ojo - ¿has visto a Eider?

- No - respondí secamente - Tengo que hablar contigo Dimitri ¿puedo pasar por tu oficina?

- Claro - dijo frunciendo el ceño - ¿Qué ocurre?

- Lo siento, te veo más tarde - me fui dejándolo con la palabra en la boca.

Hice el trayecto hasta mi oficina por última vez, no más ver a Eider ni Dimitri o Eva, las chicas estaban en el pasillo cuchicheando entre ellas, las observe mientras caminaba pensando en lo mucho que voy a extrañar verlas a diario eran lo único bueno que tenía este lugar.

FRAGMENTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora