Un escalofrió recorrió mi espalda alertándome de lo grave que era la situación. Mierda. Alguien había entrado en mi propiedad y claramente sus intenciones no eran buenas de lo contrario no habría entrado a hurtadillas, ¿Por qué razón alguien entraría en mi casa? Claramente no era para atentar contra mí, anoche me tuvo a metros de distancia y no hizo nada ¿entonces que quería?
Observé a mi alrededor y una extraña sensación de ser observada me invadió, no sabía si la persona en cuestión seguía en mi propiedad o si era simple superstición, al menos a simple vista no veía a nadie más que mis guardias, fue entonces que un pensamiento horrible paso por mi mente y la Fiorella implacable tomo el mando de la situación.
Corrí lo más rápido que pude hasta llegar a la casa alertando a los chicos que corrieron tras de mí, subí las escaleras de dos en dos haciendo caso omiso de los gritos de Eider y los demás. Llegue a la habitación de Lu en cuestión de segundos, el temor de abrir la puerta y no encontrarlo en su camita me invadió completamente, podía sentir como el frío sudor bajaba por mi espalda mientras estiraba la mano para tomar el pomo de la puerta, me arme de valor y abrí de golpe, pero mis miedos fueron descartados porque ahí estaba mi bebe durmiendo plácidamente, di un vistazo por todos los rincones de su habitación antes de salir del lugar dejándolo custodiado por uno de mis escoltas que temerosos me observaban desde el pasillo. Eider estaba parado en la puerta sin entender que carajos pasaba.
Baje al primer piso con todos tras de mí, no entendían el porqué de mi reacción, ni tampoco porque eludía sus putas preguntas, pero estaba demasiado enojada para hablar con alguno de ellos, no quería descargar mi furia con quien no la merecía. Saque mi teléfono y llame a mi jefe de seguridad, este cabrón si me debía dar explicaciones.
- Fiorella - contesto Raúl rápidamente - ¿a qué debo este placer? - pregunto en un tono coqueto
- ¿placer? no ningún placer idiota - lo escuche levantarse de donde quiera que estaba - Explícame ¿cómo carajos entro un extraño a mi casa ayer si te ordene duplicar la seguridad? – le grite con toda la rabia que tenía acumulada dentro de mí.
- ¿de que estas hablando? - contesto este más profesional que antes - Yo le di las instrucciones correspondientes a todo el personal, debieron haber llegado temprano
- ¿y donde carajos estabas tu para controlar eso? - pregunte subiendo cada vez más el tono de voz - Te pago para que estes aquí cubriendo mi puta espalda no para que estes cogiendo mientras das órdenes a distancia. Trae tu puto trasero aquí ahora mismo - dije cortando la llamada
- Fiorella ¿qué es lo que pasa? - pregunto Pietro con el ceño fruncido, todos estaban sentados a mi alrededor en la sala de estar, esperando averiguar que había ocurrido
- Esto paso - dije lanzando la fotografía sobre la mesa, Pietro se acercó para dar un vistazo, se fueron pasando la foto entre ellos para mirarla - Alguien entro en la casa
- Pero eso no es posible - dijo Dante sin entender nada - La seguridad estuvo bien ayer
- ¿bien? - pregunté apuntando a la foto que tenía en sus manos - está claro que no estuvo bien ¿cómo pudieron entrar Pietro? - pregunté mirándolo fijamente - dijiste que te habías encargado de los chicos de seguridad ¿qué paso?
- No lo sé, yo les dije todo lo que tenían que hacer - contesto este despreocupado
- Borra esa maldita expresión de tu cara antes de que te la borre de un puto golpe - conteste acercándome hasta el, Eider me detuvo tomándome por la cintura
- ya, tranquila - dijo este levantando las manos en señal de rendición - debí haberme preocupado de que todo se cumpliera, lo siento. Pero hablé con Jake y le di todas las instrucciones el me aseguro de que todo estaba en orden.
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FRAGMENTADA
Romance¿Sabes lo que se siente el no tener a nadie en quien confiar? Fiorella Salerno ha tenido que vivir con ese sentimiento desde pequeña, rodeada de sufrimiento, desamor y traición por parte de todos los que alguna vez considero su familia, convirtiéndo...