XXXI

607 97 79
                                    

El sentimiento de vacío que los corazones llegan a sentir cuando sientes que algo falta en tu vida, que te arrebataron la felicidad sin decir una porque...

Extrañar y recordar con mucha nostalgia esos momentos que sabes que solo vivirán en tu memoria por el resto de tu existencia.

El destino una vez dijo:

"Conocerás al amor de tu vida, tu alma gemela, pero te pondré una condición: ustedes dos jamás podrán estar juntos.

Se verán llorar, sufrir, triunfar, ser feliz. Pero por más que se amen... jamás los dejaré estar juntos."

Jisung estuvo encerrado durante cuatro días seguidos, sin dar señales de vida a ninguna persona del reino.

Minho, la persona que prometió cuidarlo incluso si el menor no se lo permitia, durante esos cuatro días él estuvo frente a esas puertas.

Esperando a que su pequeño niño abriera las puertas y lo primero que hiciera fuera abrazarlo.

Por otro lado Jisung no sabia de aquello, pues pensó que no era importante para nadie más que no fuera su madre.

Durante esos largos y amargos días, le hizo mucho daño a su cuerpo.

Tenia cientos de cortadas en sus brazos y piernas, golpes en su rostro por las múltiples veces que se golpeaba intencionalmente contra la pared u el piso.

Sus labios eran pálidos y su piel estaba fría, sus mejillas poco a poco iban desapareciendo.

Estaba muy delgado pues nunca toco u probó los alimentos que le subian por la ventana cerrada.

Todos los alimentos estaban acumulados en el balcón pues este jamás llego a abrir las puertas o las cortinas de estas.

Bajó la puerta hacia miles de papeles con notas escritas por Lee.

Sabia que Jisung no estaba bien, sabia que no estaba comiendo.

El príncipe tenia la vista perdida en algun lugar de su destruida alcoba, sentado en una esquina oscura y fría.

Su cuerpo temblando y doliendo por la pérdida de sangre y la falta de alimento.

-Soy una mala persona...-

Murmuraba con sus labios rotos y secos teniendo esa hermosa mirada...perdida entre pesadillas vivientes.

-Doy asco...-

Parpadeaba a medias, su cuerpo estaba seco de lágrimas lo único que quedaban eran los rastros por donde estas pasaron.

-Me duele...me duele tanto- tocaba su pecho haciendo referencia a su corazón.

Un nudo que hace días no podia sacar de su cuerpo lo estaba ahogando.

No queria ayuda, no la necesitaba...

Escuchó como un felino que reconocía muy bien, entrando por una diminuta abertura entre la ventana y la pared.

-Hola...-

Le sonrió a Dorie y estaba como si pudiese sentir esa aura apagada, se acercó a Jisung siendo su fuente de fuerzas.

El menor queria acariciarla pero no queria ensuciarla pues estaba lleno de sangre y suciedad por la falta de baño.

-Ya vuelvo...-

Intentó ponerse de pie pero al intentarlo caia tumbado al piso a causa de los mareos y nauseas.

Sus defensas habían caído en tan poco tiempo...

Dorie se acercó al chico y comenzó a ronronearle en un tipo de señal de apoyo y hacerle ver que no estaba solo.

𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒆 𝒔𝒊𝒏 𝒗𝒐𝒛 [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora