𝑬𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒆 𝒔𝒊𝒏 𝒗𝒐𝒛 [Minsung]

III

-¡Príncipe!-

El pequeño príncipe que permanecia de cuclillas sobre el pequeño arroyo en busca de del pañuelo que habia caído a este cuando jugaba. Levantó su vista y le sonrió al bonito niño que corria hacia él.

-¡Ven Honnie! ¡ayúdame!- agitaba su manita. El pequeño niño corrió hacia él.

Muy cansado y con su respiración agitada habló:

-¿Por qué estas triste?- miró al príncipe y luego el arroyo.

-El pañuelo que bordó mi madre para mi...cayó al agua y no puedo recuperarlo....-

-No se preocupe Hannie, yo lo ayudaré-

Minho tomó una de las flechas que descansaban en el soporte de su espalda, se estiro lo suficiente hacia el pañuelo logrando que la flecha tocase el pañuelo, con delicadeza su flecha logró sujetarlo y de un rápido y ágil movimiento la lanzó al aire lejos del agua y lo tomó en mano.

El pañuelo celeste estaba mojado, pero eso no le impidió al príncipe tomarlo y abrazarlo como si su vida dependiera de aquel pedazo de tela.

-Muchas gracias, Honnie-

El pequeño arquerito asintió sonriente.

-Ya que su pañuelo esta bien...- Minho hizo una reverencia estirando una de sus manos y labotra llevándola a su espalda- ¿Le gustaría ir a jugar conmigo?-

Jisung rió suave por lo chistoso que era su amigo.

-Con sumo placer acepto ir a jugar con usted Sr. Arquero- se burló el pequeño monarca. Haciendo estallar en risas al mayor de ambos.

Y una hermosa tarde de juegos comenzó.

Por otro lado estaba el rey y su fiel caballero Jeon Jungkook.

-Su alteza- hizo una reverencia a su majestad, los presentes prestaron atención a lo que el caballero real diria- han desaparecido dos caballos reales de las caballerizas-

Taehyung tronó su cuello haciendo una mueca de frustración.

-¿Otra vez?- apretó la mandíbula- Resuelve eso pronto- Jungkook asintió haciendo una reverencia. Cuando hizo ademán de irse se dio media vuelta y dio una mirada al Rey.

-Te espero...- movió sus labios sin llegar hablar. Nadie más que el rey vio aquello.

El rey apartó de inmediato la mirada logrando que todos creyeran que solo estaba molesto.

(...)

-¡Ven, ven!-

Jisung corría hacia Minho.

La tarde era preciosa, el canto de las aves mejoraban aquel hermoso día.

-¿Practicaras?- preguntó, el pequeño arquero asintió con una pequeña sonrisa en sus labios.

-Ahi- apuntó tres manzanas que estaban a unos metros de donde se encontraban ambos.

Acomodó mejor su flecha, alineando sus brazos a la altura de su mejilla y estirando hacia atrás su brazo.

-Si logras darle al blanco, te recomendare-

Minho sintió de pronto nervios ¿Por qué?  No lo sabia.

Bajo la guardia, y con una sonrisita inocente preguntó:

-¿Y que seria lo que me dará a cambio su alteza?-