XXVII

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Isabella no sabia como reaccionar al ver a Miguel y a su padre hablando seriamente, tenía pensado irse pero no iba a dejar a Miguel solo con el denso de su padre.

-Papá, ¿Que haces acosando a Cazarez?-pregunto acercándose a ellos.

Estos la miraron seriamente, algo que asusto demasiado a la castaña, pero aún así siguió caminando hasta acercarse a ellos.

-No estoy acosando a Miguel, solo quería hablar algunos temitas con él-miro al moreno y los dos asintieron, haciendo confundir a la chica.

-Aja, ¿Y que "temitas" serían?

Se cruzo de brazos intentando intimidar al mayor pero fue en vano, sabía que su padre no se sentíria obligado a hablar.

-Temas, los cuales no tenes que saber. Ahora si me disculpan, me retiro-comento el padre.

Dicho eso se fue del lugar dejando a los adolescentes solos.

-¿Qué te dijo?-se acercó rápidamente.

-¡No te diré nada! Es algo entre tu padre y yo-le dio la espalda.

-Decime, dale Miguel-

La chica se puso en frente de él mirándolo fijamente, la mirada del moreno se suavizo en el momento en que Isabella tomó sus manos.

-Me decis, o te olvidas de que te voy a hablar esta última semana-comentó intentando manipularlo.

-Lo lamento, pero no-dicho eso dejo un beso en los labios de la chica y se fue de ahí dejándola desconcertada.

[°°§°°]

La sonrisa de la chica cuando miraba a la castaña se hacía más notable, becca se acercó a ella para saludarla pero alguien se interpuso, y ese alguien era Miguel, la pelinegra frunció su ceño sintiendo molestia interna, algo que no entendía del todo.

¿Por qué a mi? Pensó Becca mirando hacia otro lado. Esta intento sonreír y acercarse a ellos.

-¡Chicos! Que lindo es verlos juntos-sonrió. Que mentira más grande. Pensó.

-Becca-Isabella se acercó a ella y la abrazo tiernamente, haciendo estremecer a la chica.

¿Por que mi corazón se está acelerando? Pensó asustada y se alejo bruscamente.

-¿Te sentis bien?-pregunto la castaña acercándose. El moreno la miraba confuso y a becca le frustraba no saber que le estaba pasando.

-Y.. Yo si, me siento bien. Los dejo, debo hacer algo

Dicho eso se fue de ahí dejando a la pareja confusa, miguel no le dio mucha importancia pero isabella no estaba muy convencida de lo que había dicho becca. Mientras tanto, la pelinegra se encontraba en su habitación, se sentía mal, y ese sentimiento iba creciendo cuando la imagen de la pareja adolescente aprecia en su mente.

Miraba un punto fijo mientras intentaba no hacerse daño, se sentía tan confundida y eso hacía que entrará en una crisis la cuál era difícil de salir sin lastimarse.

Unos toques en la puerta hicieron que quitara su vista de la pared, limpio sus lágrimas con las mangas de su remera. Se levantó y camino hasta la puerta, abrió y se encontró con la castaña, esta estaba con unas galletas en mano y una gaseosa.

-Sabía que no estabas bien. ¿Puedo pasar?

-Claro-dio paso.

Becca quería mucho a isabella, pero de alguna u otra forma no quería que ella estuviera en ese momento. La castaña se sento en la cama esperado que Becca hiciera lo mismo, pero al ver que no lo hacía se levantó dejando las galletas de lado.

Pendeja jodida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora