Capítulo 5

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-Tienes una condición extraña, se llama hermafroditismo -el Uzumaki levantó su rostro con sorpresa, eso nunca lo había escuchado, aunque no es como que se dejara revisar por nadie, evadía los estudios clínicos siempre saliéndose con la suya -cuando estabas en el vientre de tu madre, en un inicio eras mujer -el pequeño abrió sus ojos con terror -alguna alteración hormonal debió tener que terminaste siendo hombre -la rubia sobó su cabeza pelirroja con cariño, la hacía recordar a su hermano un poco el pequeño, aunque esté fuera pelirrojo, lágrimas salieron nuevamente de los azules del menor, tenía años sin llorar desde la guerra y ahora había llorado esos dos días como estúpido -¿soy un monstruo?-

La Senju lo abrazó con cariño sintiendo una extraña conexión con el pequeño -no digas tonterías, es una condición diferente solamente -el menor se aferró a la médico con fuerza tratando de ocultar sus lágrimas, temblaba en sus brazos, el corazón de la Senju se agitó con ese pequeño acto del pelirrojo, era demasiado para un niño, se sentía triste por él, también era un Uzumaki y no veía que se fuera a hacer cargo de él la pelirroja, conocía a su mocoso caprichoso, suponía era lo que la detenía. Kushina observaba todo con sorpresa, se sentía mal por el chico.

-Lo he decidido, dile a Minato que me quedaré con el niño, es un Uzumaki al fin de cuentas, además, necesito tenerlo en observación por si sufre cambios su matriz, prepara los papeles de adopción -la Uzumaki sonrió feliz por el pequeño, asintió -lo haré ttebaneeeee -Naruto abrió sus grandes gemas con sorpresa, recordaba que en su otra vida estaba prohibido adoptarlo, bajó el rostro con vergüenza y una pequeña, casi invisible sonrisa, una tenue luz de esperanza se asomaba en su vida -no es como que me gusten los niños, pero me recuerdas a mi hermano y hay algo en ti que me agrada, tendrás que ayudarme porque no tengo mucha paciencia -el Uzumaki con seriedad dejó ver una ligera sonrisa triste -no se preocupe señorita, no le daré molestias-

La rubia sonrió nuevamente -déjalo Kushina, prepara los documentos, te llevaré a casa Naruto, Shizune llegará tarde y yo estoy fastidiada de estar aquí -la pelirroja sonrió -mañana inicia clases, pensaba llevarlo a comprar algo de ropa y útiles -la rubia estiró la mano, Kushina se rindió con un aura negra -ttebaneeee tía, deje de apostar ¿o con qué comerá Naruto? -al Uzumaki le corrió una gota en la nuca al recordar ese detalle -no reniegues y suelta el dinero, bien, yoshhh vayamos mocoso -el pequeño comenzó a seguirla, realizó una rápida reverencia a la pelirroja, se aferró a la mano de la rubia.

La Senju se metió en la primera tienda shinobi que encontró -veamos, siempre quise tener un hijo, pero la vida nunca me lo permitió -Naruto la vio con sorpresa, no sabía nada de eso, siempre la vio ruda y dura con el mundo, aunque recordaba cuando la conoció, estaba cerrada al mundo y frágil -¿po… podría llamarla mamá? -el pelirrojo se sonrojó bastante -olvídelo, sólo… -mordió sus labios con pena, no sabía de dónde había salido esa estupidez, pero la rubia fue su única figura materna en su otra vida, Tsunade se había sorprendido, sonrió satisfecha -que así sea, te adoptaré ¿no?, paso a ser tu madre -la mano de la rubia acarició sus cabellos con cariño -escoge ropa, dos cambios, unas botas y algo para dormir, te buscaré algún juego de herramientas ninja para la academia -el pequeño asintió avergonzado, caminó observando la ropa, recordaba al chico Menma usando su ex imagen con molestia, tenía celos de él, mordió su mejilla suprimiendo sus sentimientos, sacudió su mente de ideas tontas.

El Uzumaki veía la pared con ropa, un pantalón negro tomó con cuidado, una playera roja y una blanca, recorrió el lugar, tomó un pantalón para dormir y una playera blanca bastante neutrales para lo mismo, los gustos de niño se habían ido con los años, tomó unas sandalias, fue al vestidor a probarse la ropa, podía sentir la mirada de la rubia sobre él, con el rabillo del ojo la vio sonreír, se sentía bien esa sensación.

Salió emocionado con un nuevo cambio de ropa, se sentía extraño al no tener el remolino -Tsunade llegó a su lado, sonrió soberbia -te queda bien mocoso, vayamos a plasmar el logo -el pequeño abrió sus ojos con sorpresa, tuvo que entregar las playeras, de inmediato con una máquina de sellos para ropa marcaron en su espalda el logo Senju y en la manga del brazo el Remolino Uzumaki, sonrió divertido cuando se puso la playera en el cambiador, guardó su antigua ropa en su sello de inmediato con ayuda de Kurama.

La rubia era por pequeño quién se aferraba a su mano, llegaron a su casa, el ahora pelirrojo levantó su ceja con sorpresa, recordaba la casa, la abuela nunca la tomó para ella, prefirió vivir en la torre, en su mundo estaba abandonada, ambos entraron al lugar, estaba limpio y ordenado, era algo normal, ni muy exagerado, ni pequeño, se encontraba detrás de los rostros kages -esta será tu habitación, la de Shizune es la siguiente y la mía la de fondo. Shizune es mi aprendiz, la hija de un antiguo novio que falleció en la guerra, desde niña se quedó a mi lado, si serás mi hijo debes saber algunas cosas, tu ahora bisabuelo fundó la aldea, el primer Hokage Hashirama Senju -el pequeño abrió sus ojos con sorpresa fingida -mis padres murieron en la segunda guerra, mi papá era un poderoso shinobi, mi madre no lo era, simplemente era una aldeana, realmente quien me crío fue mi abuelo y mi abuela Mito Uzumaki, por parte de ella es la relación con el clan Uzumaki.

El pequeño escuchaba atentamente, ya conocía algunas cosas -mi tío fue el segundo Hokage, Tobirama Senju, tenía un hermano llamado kawaki, murió en la segunda guerra bastante joven -la rubia hablaba con algo de pesar, rápidamente para pasar el trago sin sufrir -soy médico ninja, soy la encarga del hospital y de la investigacion genética en la aldea, mi sensei Sarutobi Hiruzen, el tercer Hokage, mis compañeros de equipo Jiraiya, quién fue sensei del Hokage y un ninja desertor llamado Orochimaru, se nos conoce como los sannin por haber sobrevivido a Hanzo la salamandra en la segunda guerra ninja, mantenemos invocaciones poderosas, si entrenas duro tal vez obtengas la mía -

Eel pequeño abrió sus ojos con sorpresa, sonrió emocionado, asintió -no la defraudaré… mamá -las mejillas del pelirrojo se pusieron rojas, la rubia había sentido emoción al escuchar como la llamó, sobó sus cabellos con cariño -después de la escuela irás al hospital, comenzaremos con conocimientos en medicina, cuando actives tu chakra trabajaremos con ejercicios para pulir tus grandes reservas de chakra y ver si podemos manejar ninjutsu médico -el pequeño sonrió ligero, asintió con determinación -eso me encantaría, gracias-

Por la puerta entró una pelinegra, nunca le había fascinado su presencia, pero podía sobrevivir sino se metía con él, aún recordaba como lo había traicionado con el consejo, la vio con seriedad -Shizune, ven aquí -la chica levantó las cejas con sorpresa al ver al pequeño -¿qué sucede lady Tsunade?, ¿quién es el niño? -el pequeño se aferró a la bata verde de la rubia- es mi hijo, vivirá con nosotras a partir de hoy -la azabache abrió sus ojos con terror -pero si usted no sabe nada de niños -chilló histérica la chica, el pelirrojo cada vez le restaba más puntos a la chica -me iré a descansar mamá, fue un día largo, con los panecillos de carne que me compró estoy bien -la rubia sonrió -mañana iniciarás una mejor alimentación, toma tus útiles y herramientas ninja, sé cuidadoso -el pequeño asintió realizando una pequeña reverencia a ambas -con su permiso -el pequeño al entrar a su habitación la revisó con cuidado, sonrió emocionado, era un lugar hermoso, había una regadera para él y un pequeño closet, al parecer todo mejoraba. El zorro estaba satisfecho con los nuevos acontecimientos, sonrió más tranquilo.

Otro mundo (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora