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Tres segundos más tarde, la guapa modelo salió de su recámara vistiendo la misma ropa de la noche anterior, lista para hacer la famosa 'caminata de la vergüenza' de regreso a su casa.

- Buen día - saludó animadamente, acercándose a las otras dos mujeres.

- Hola.

Verónica seguía sonando extraña.

- Uhm...

- Oh, sí. Ah... Verónica, ella es Lucía, una amiga. Lucía, ella es Verónica, la novia de Dani.

Si las miradas quemaran, Ana estaba segura de que la piel de su mejilla estaría encendiéndose ahora mismo con la forma en que los ojos de la barista la observaban en este momento.

No había sido su intención no presentarla como su amiga, que sí lo era, pero, o sea, también era la novia de Daniela.

- Mucho gusto, Verónica - se acercó a ella para saludarla con un beso que la otra chica correspondió de manera amable - bueno, me tengo que ir, necesito bañarme y ponerme una mascarilla antes de ir al estudio, de otra forma Anel me va a matar si llego con estas ojeras.

- Claro. Te acompaño a la puerta - ofreció Ana.

- Oh no, no... ya me sé el camino y tu también tienes que estar ahí pronto.

- Sí, pero yo no voy a estar frente a la cámara, puedo llegar así con la cara toda de zombie, sin maquillaje y no pasa nada.

La modelo rodó los ojos ante el comentario.

- Ugh. Hablas como si el maquillaje de verdad te hiciera falta para lucir hermosa - refutó Lucía - Te ves perfecta siempre. Te odio.

Ana soltó una risita divertida y se dejó besar, cerrando los ojos y tomando por la cintura a la otra mujer, cuando ésta se acercó a ella antes de despedirse y marcharse en dirección a la puerta con bastante prisa.

La campanilla del horno eléctrico avisando el final del tiempo de calentado, le ayudó a recordar en donde estaba y que no se encontraba sola.

- Es... muy bonita.

Verónica fue la primera en romper el silencio.

- ¿Qué?, Ah, sí... es, es muy guapa.

¿Qué más podía contestar a aquello?

- ¿Es la chica con la que has estado saliendo?

- S- sí.

Ana supuso que no había sido del todo discreta con el hecho de que estaba viendo a alguien, porque en primer lugar, no tenía una razón para tener que serlo.

Ojos verdes con olor a café se encontraron con los suyos por un instante.

Ana tomó ventaja del tiempo y del silencio para tratar descifrar lo que veía reflejados en ellos, pero por más que se esforzó, no hubo respuestas para sus interrogantes.

Verónica regresó a su gesto amable de siempre unos segundos después.

- Me da gusto, Anilla - aseguró - además de guapa se ve que es muy agradable. ¿Te sirvo tu cortado?

Ana frunció el ceño porque por un momento Verónica había lucido como si, como si... nah, no era posible, solo estaba imaginando cosas.

- Sí, por favor.

***

Ana jamás imaginó que lo que en su mente se veía como una o dos citas y un par de noches juntas, se convirtió en la constante más agradable de su vida.

I Can Be Better (VerAna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora