La operación comenzó poco tiempo después de su encuentro con Daniela.
Cuando lo habló con Socorro para pedirle su mano-
Ana estaba hecha a la antigua, una disculpa ¿okay?
Bueno en fin, cuando habló con Socorro al respecto, la mujer de los ojos verdes había saltado de alegría, envolviéndola en un emotivo abrazo por varios segundos mientras le decía una y otra vez que ella siempre había sabido que las cosas debían ser así, que el lugar de Vero era junto a Ana y no con Daniela.
De acuerdo con su suegra, nunca vio con malos ojos a la otra chica, pero jamás dudó que el corazón de su hija perteneciera a ella.
Esa idea que Verónica se había hecho de que la fotógrafa no la veía más que como una amiga, era una en la que nunca estuvo de acuerdo, pero tampoco quería inmiscuirse demasiado. Ese error llegó a cometerlo cuando se enteró de la orientación sexual de Verónica, llevándola al punto de casi perder a su 'chamaca', como ella le decía, así que había aprendido muy bien la lección.
Socorro fue la segunda persona en asegurarle que Verónica diría que sí y la tercera, su padre, quien no pudo contener las lágrimas al enterarse que su hija más pequeña estaba a punto de dar este paso y que quien escucharía la propuesta sería 'Verónica, la famosa barista de los ojos bonitos.
En fin, ahora tenían que conseguir la medida de anillo de Verónica y no podía ser ella la encargada porque sería demasiado sospechoso.
La cuestión era que, como era bien sabido, Verónica no era fan de usar anillos.
— Ay no sé por qué es así, Ana — se quejó Socorro — si cada amiga suya que pertenece a la comunidad siempre trae las manos llenas de anillos.
— Lo sé Socorro, se lo he reclamado, le he dicho que las diosas lesbianas lloran por esa actitud suya, pero no me hace caso.
Afortunadamente, el problema se resolvió poco después, cuando Perlita dejó pasar a un 'vendedor ambulante' de anillos de cristal y solicitado la mano de Verónica como modelo para comprarle uno a su nieta.
Al día siguiente, mientras Verónica estaba en el baño, Socorro entregó la sortija que tenía el tamaño adecuado.
Su hermano y Renata le acompañaron a elegir el diseño y otros dos de sus amigos quisieron ayudarle a pensar en la propuesta.
Ninguna le había gustado.
Todo lo que decían implicaba excesiva producción o era demasiado público para su gusto.
Ana no quería algo así, ella pensaba en un momento que les perteneciera solo a ellas. Quizá solo debía preguntarlo así, de forma orgánica. Lo que contaba era la intención ¿correcto?
No obstante, la solución a su prerrogativa se le ocurrió un día cualquiera mientras bebía su cortado y editaba fotografías en la mesa de siempre. El verla parada en el mostrador atendiendo clientes, le recordó el inicio de su historia, todo lo que habían pasado juntas, el sufrimiento y lo felices que eran ahora.
Sus ojos cayeron entonces sobre el dibujo del vaso.
Ahora se habían vuelto muy sencillos. Apenas un enorme corazón y la silueta de un beso que guardaban un hermoso significado para ella y entonces la epifanía llegó como una luz bajada del cielo.
Una vez teniendo la idea, puso de inmediato manos a la obra.
Desde luego, Socorro también fue la encargada de sacar una torre de vasos de los que se usaban en 'La cafetera de la abuela'.
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I Can Be Better (VerAna)
RomanceEl amor que sentimiento tan extraño y confuso, pero solo es cuestión de encontrar el tiempo perfecto