Capitulo 2:La chica extraña.

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La organización del concierto ha sido exitosa, me he sentido más cercana a todos en estos últimos días, incluso con Peggy, que me pidió que le relatara con lujo de detalles sobre los preparativos del concierto para claramente publicarlo. Aunque no todo fue perfecto, ya que sólo contábamos con un vocalista y guitarrista, y una escasez de talento musical en el instituto, porque fue muy complicado buscar a gente que sepa tocar algún instrumento...útil. Pero por suerte se sumaron Iris;con el bajo, y Nathaniel; con la batería, una de verdad.

El traje que me hizo Rosalya es hermoso, y atrevido. Lo amo. Aunque no me ha dejado ver el de los chicos, imagino que será igual de bueno, y ansío verlos. 

Faltan pocas horas para que empiece todo y me encuentro muy nerviosa, aunque no sea yo la que se suba al escenario.

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El concierto ha durado casi dos horas, han tocado varias canciones; tanto conocidas como propias, y les ha ido genial. Al público les encantó y verlos tocar encima del escenario ha hecho vibrar algo en mi interior. Pueden ser las ganas de haber querido acompañarlos. O el hecho de que cuando mi mirada recae en cierto pelirrojo, él estaba ahí mirándome, cuando no estaba viendo a la guitarra o a Lysandro.

La gente se dispersa y se marcha de a poco dejando el sótano cada vez más vacío. Salgo en busca de los chicos para saber cómo se sintieron. Topándome en el camino con Nina, una chica de baja estatura, rubia y con facciones parecidas a las de una muñeca antigua, de esas que son frágiles. Ella se ha proclamado la fan número uno de Lysandro. Me habla emocionada de lo bien que se la pasó y lo bien que se veía lysandro. Hice mi mayor esfuerzo por salirme de esa conversación, que más bien era un monólogo de lo genial que era lysandro.

Me entero por Iris que Nathaniel se fue y el único que me queda es Castiel. Antes de volverme al sótano, donde me dijo que se dirigió, una chica me habla.

—Disculpa,¿Conoces a Castiel?

La detalló bien. Es castaña, alta, con buenas curvas y unos diamantes azules en vez de ojos. Su vestimenta consistía en una blusa tipo corsé y unos jeans rasgados. Un estilo un poco arriesgado pero debido a su belleza se pasa por alto. 

Asiento en respuesta a su pregunta y me pregunta dónde está.

Curiosa, en mi mente divago en las diversas posibilidades de quién podría ser esta chica en la vida de castiel. Podría ser una especie de Nina o una amiga.

—Creo haberlo visto cerca del gimnasio hace rato.—Miento.La chica me mira no muy confiada por mi respuesta.— Hace poco terminamos un concierto y habrá ido al vestuario a cambiarse.—Sigo la mentira para convencerla, cosa que logro y ella sonríe, agradeciendome.

Al estar cerca del gimnasio, salgo corriendo en busca de castiel, bajo atropelladamente las escaleras encontrándome de frente con el. El me toma de los hombros para evitar chocar con él. Al respirar hondo, le aviso que lo buscaba una chica extraña.

—¿Hablas de ti en tercera persona?— Cuestiona con un tono burlesco. Yo me cruzo de brazos, haciendo que mi poco busto se realce. 

—No es gracioso. 

Castiel desvía el tema y hablamos de otra cosa, o más bien discutimos sobre nuestra ausencia de ciertas partes de nuestro cuerpo. Al parecer a Castiel también lo acompleja su falta de Nalgas y obviamente estoy yo para recordárselo. Frustrado volvemos al tema inicial, y mi sonrisa se borra. Le explico las características de la chica y de apoco su semblante cambia y se vuelve más frío. Sea quien sea esta chica le afecta y a mi me remueve algo.

—¿Dijo su nombre?

—No le pregunte.—Hablo con vergüenza. ¡Que tonta! Pude haberle preguntado el nombre y sacarme esta duda de quien es.—Pero estaba por el gimnasio, imagino que aún no de ha ido.— El asiente y se dirige a las escaleras.—¿Te puedo acompañar?.

After Dark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora