¡Sabía que no estaba loca! No tuve tiempo para preguntarme si la locura sería preferible antes que sentir manos agarrándome desde detrás.
-¿Estás bien? -Era Joel. Recogió la pelota y la tiró de regreso en la dirección general de sus amigos-. ¡Don, te dije que tuvieras cuidado por donde tiras las cosas!
-Viviré -logré decir, simultáneamente aliviada de que ese chico no fuese el espeluznante susurrador de mi nombre y molesta por la perspectiva de que todavía podría estar perdiendo la cabeza. Me levanté del suelo y me senté, mis manos moviéndose automáticamente para arreglar mi cabello.
Me encontré mirando fijamente a unos deslumbrantes ojos azules. Él me disparó una sonrisa confiada y me ofreció la mano.
-Soy Joel.
La presentación no tenía sentido. Sabía quién era él. Todos sabían quién era él. Al contrario de la mayoría de los chicos de esta escuela que habían estado aquí desde preescolar, él se había transferido aquí para su último año. Le había visto por los alrededores pero nunca me armé de coraje para hablar con él.
Cuando no dije nada o acepté su mano extendida, su sonrisa se desvaneció.
-Perséfone, ¿verdad?
-Kora -corregí. El afilado codo de Melissa se clavó en mi costado-. Um, y esta es Melissa. -Ella me disparó una mirado molesta y luego dio una mirada significativa a su mano extendida. Cierto. Me sonrojé y tomé su mano. Sentí un pinchazo de dolor cuando la electricidad estática zigzagueó a través de mis dedos con un audible chasquido.
-Hola, Melissa. -Le dio una fácil sonrisa y barrió su cabello fuera de su cara.
Sus mejillas se colorearon.
-Hola.
-Yo soy Rachel. -Rachel le tendió la mano hacia él. Me eché hacia atrás cuando su mano rozó mi cara. Su voz impulsó a las gemelas a decir sus nombres. Joel asintió, pero no les dio ni una mirada.
-¿No te vi en el último juego? -continuó cuando se volvió obvio que estaba con la lengua demasiado trabada para hablar.
-No va a los juegos. -Jessica se acercó más a Joel.
-Sí -interrumpió Ashley -. No tiene espíritu escolar, supongo.
-Pero yo si que estoy en cada juego. -Rachel se arregló el pelo, como si eso fuese lo que ella siempre había estado planeando hacer y Joel no la hubiese dejado colgada -. Vi que hiciste el touchdown final. Nunca había visto a alguien correr así de rápido.
Melissa les dio a todos una mirada mordaz.
-Kora, voy a buscar mis cosas. Te veré en el auto. Y, ¿chicas no estaban diciendo que estaban atrasadas?
-No -dijo Rachel.
La alegre voz de Melissa contradecía su mirada de muerte.
-Sí, lo estaban.
Captaron la indirecta y se fueron. Podría haber matado a Melissa. ¡No sabía qué decir a los chicos! Hubo un incómodo silencia y luego me puse de pie.
-Debería reegresar estos al Profesor Homero. -Apreté los papeles amarillos en mi mano y miré hacia el Edificio Lampkin.
Joel estuvo a mi lado en un instante.
-Caminaré contigo. -Ya no sonaba confidente. Sonaba consciente de sí mismo -. Quiero decir, um, si no te importa.
Sonrié.
-No me importa.
Hicimos nuestro camino por el camino empedrado entretejido a través de un sendero de árboles de magnolia y los arces de cosecha con brillantes hojas rojas.
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Persephone. Hija de Zeus
Ficção AdolescenteHay peores cosas que la muerte, peores personas también. La "charla" fue bastante mala, pero, ¿a cuántas adolescentes se les dice que son una diosa? Cuando su madre se lo dice, Perséphone está segura que su madre se ha vuelto loca. No es hasta que B...