▪︎ Capítulo XXV ▪︎

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Lila estuvo presente desde que Kagami y Adrien iniciaron su conversación, estaba escondida tras un muro para evitar ser vista por ellos, debido a la distancia era imposible que pudiera escuchar algo de lo que estaban hablando, de pronto sus ojos se abrieron con asombro al ver que Adrien y Kagami estaban besándose. La castaña estaba molesta por aquello que sus ojos veían. Sacó su celular y tomó una fotografía de la escena, luego de eso se retiro del lugar enojada

— ¿Que te pasa Kagami? ¿Por qué hiciste eso? —dijo Adrien alejando a la chica de él

— Es una manera de comprobar lo que sientes por mi

— Tienes razón, fue una manera muy efectiva de comprobar —dijo el rubio y ella sonrió— de comprobar que efectivamente ya no siento absolutamente nada. Si, tal vez me sorprendió verte otra vez, quiza me sentí un poco nervioso con tu presencia, pero eso no quiere decir que aún te ame o sienta algo por ti, simplemente fue asombro. Espero te haya quedado claro

— Adrien yo...

— ¡BASTA KAGAMI! entiende que lo nuestro ya fue y nunca se volverá a repetir. Yo soy muy feliz con mi esposa, porque la amo con todo mi corazón

— ¿La amas más de lo que me amaste a mi?

— Son sentimientos diferentes que se dieron en momentos diferentes

— Eso no fue lo que te pregunté. Responde

— No creo que sea bueno comparar

— Dímelo Adrien, responde mi pregunta —exigió la asiática

—Él la vio un momento y luego habló— Si Kagami, el amor que siento por ella es más fuerte y nunca antes había sentido algo parecido. Escucha ya no me interesa seguir hablando de esto, era necesario cerra el ciclo contigo y ya ese asunto está resuelto, ahora cada uno continuará con su vida. Tal vez volvamos a vernos pero será únicamente porque es probable que haga negocios con tu esposo. Deseo que seas feliz, que tengas linda noche Sra. del Valle —Adrien paso a su lado, con intención de marcharse

— Adrien espera —dijo ella atrayendo la atención del oji-verde

— ¿Ahora qué pasa?

— Quieras o no tenemos que seguirnos viendo y no precisamente por los negocios entre Maximiliano y tú

— ¿Que quieres decir?

— Existe un lazo muy fuerte que nos une para siempre

— ¿Lazo de que? ¿A qué te refieres? —preguntó acercándose a ella

— Adrien, tú  y yo... tenemos un hijo

—Adrien abrió los ojos con asombro, sin poder pronunciar palabra, estaba desconcertado por lo que acababa de escuchar— ¿Q-qué dices? —atino a decir

— Si Adrien, nuestro hijo se llama Alex, tiene seis años

— Eso no, no, no puede ser

— Claro que sí, cuando terminamos, yo tenía un mes de embarazo

— ¿Como pretendes que te crea? estás casada, puede ser hijo de tu esposo

— Cuando me casé con Maximiliano mi hijo tenía un año de edad, se enamoró tanto de mi que no le importo que tuviera un hijo y él se encariño mucho con Alex. Lo quiere mucho. Pero Alex en realidad es tu hijo Adrien, es el fruto de nuestro amor

—Adrien estaba aturdido con la noticia — Si esto que me dices fuera verdad, ¿por qué no me lo dijiste antes?

— Tú no me diste la oportunidad

𝑻𝒖 𝒎𝒆 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora