• Parte 3/3 •

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Capítulo XXXIX

Era ya de mañana, Marinette terminaba de arreglarse para posteriormente dirigirse a la empresa, tenía que hablar con Adrien sobre lo que había hablado con Milissent y afinarian los detalles correspondientes.
Luego de un rápido desayuno se despidió de su madre y de su pequeña, para después tomar un taxi que la llevaría a la empresa

— Marinette buenos días —saludó Lis viéndola acercarse a ella

— Buen día Lis —respondió la azabache con una sonrisa

— Oye que paso contigo la noche del lunes, te fuiste de repente y sin siquiera despedirte y ayer no supimos nada de ti

— Lo siento tuve inconvenientes que luego te contaré. ¿Esta tu jefe?

— Por supuesto, esta esperándote. Dio la orden que en cuanto llegaras pasaras inmediatamente, esta vez trabajarán en la oficina

— Bien, entonces pasaré

— Claro adelante

Marinette tocó la puerta un par de veces y el oji-verde permitió su ingreso a la oficina

— Buen día Adrien —saludó amablemente la azabache

— Buen día Marinette, me agrada que aun conserves el don de la puntualidad

— Si, como olvidar algo que aprendí aquí bajo amenaza de despido

— Estarás de acuerdo en que es algo bueno haberte enseñado a llegar a tiempo siempre

— Si por supuesto

— Toma asiento y empecemos a trabajar

Ellos empezaron con su reunión, se complementaban el uno al otro. Ambos compartían opiniones y hablan de lo que no les parecía, tenía una gran conexión. Los dos se sentían a gusto con la compañía del otro, los minutos iban corriendo aceleradamente pero ellos no sentía el tiempo pasar, en ciertas ocasiones el silencio reinaba y sus miradas se conectaban queriendo decirse muchas cosas.
Adrien quería saber si aquello que Luka había dicho con tanta seguridad era verdad, aunque él sentía que no lo era, pero otra parte de él sentía temor de tocar el tema y que ella confirmara todo.
Marinette por su lado, sentía la necesidad de explicarle a Adrien el mal entendido que había ocasionado Luka con sus mentiras, pero temía que él no le creyera y le dijera cosas que posiblemente la lastimarian, además ahora estaban trabajando y no debían mezclar las cosas.
Tanto Adrien como Marinette se preguntaban internamente ¿Cuando se había terminado la confianza entre ambos? ¿En qué momento se habían convertido en dos completos extraños?
Luego de un pequeño receso continuaron trabajando

— Disculpa Marinette ¿Podrías alcanzarme una carpeta roja que esta en ese estate? —podio el rubio señalando el lugar que era un poco alto

— Por supuesto Adrien —respondió Marinette y se dispuso a realizar el favor que Adrien le había pedido. Pero aquella carpeta estaba fuera de su alcance, aunque hacía mucho esfuerzo para poder alcanzar la carpeta era imposible

Adrie se acercó para ayudar a la azabache alzando la mano para tomar la carpeta y mientras lo hacía, había dejado a la chica atrapada entre el estante y él. Ella giró su cabeza para verlo por encima de su hombro y el hombre posó sus manos alrededor de la cintura de la mujer envolviendola en un abrazo

— Adrien ya tienes la carpeta, podemos continuar

— Espera un segundo, quiero disfrutar de este momento, tenerte entre mis brazos, sentirte cerca otra vez. Hay tantas cosas que nos mantienen alejados, quiero que acabemos con eso

𝑻𝒖 𝒎𝒆 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora