𝑻𝒖 𝒎𝒆 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂.

▪︎ Capítulo XLV ▪︎

— El tiempo se agota Lila y mi paciencia también —dijo Gabriel mientras veía su reloj

— Lila, yo puedo hacerte feliz, deja ya esto por la paz —dijo Luka, viéndola fijamente— Sabes que te amo

Lila estaba totalmente callada, no sabia que decir, sus ojos cristalizados mientras veía a Luka, golpeado y amenazado de muerte

— Bueno se acabo el tiempo —dijo Gabriel con frialdad— Mátalo —ordenó sin más— Ya que su silencio me dice que prefiere que matemos a esta basura

— ¡¡No!!  —exclamó Lila con desesperación— No le hagas nada a Luka, Gabriel. El no tiene nada que ver en esto

— Claro que tiene que ver, y tiene que ver mucho, o acaso piensas que no se que este imbécil es tu cómplice

— Papá, no cometas una locura —intervino Adrien

— No te metas Adrien, ella estaba advertida y no obedeció —argumentó el Agreste mayor sin despegar su mirada de la chica castaña— ahora que afronte las consecuencias

— Su pequeña señora —dijo un hombre vestido traje negro, su cabello oscuro y sus ojos eran de color miel.

Él le entregó a Marinette a su hija quien dormía. Pues mientras Lila y Gabriel discutían este hombre estaba intentando abrir la puerta del auto con sumo cuidado, hasta que logró

— ¡Mi pequeña! —dijo Marinette mientras la tomaba en  sus brazos con cuidado, la niña dormía profundamente y eso preocupaba a Marinette dado que la pequeña no había sentido que la había sacado del auto ni que la habían colocado en los brazos de su madre

— Emma, mi princesa hermosa —dijo Adrien depositando un beso en su frente

— Adrien, me preocupa que no haya despertado con tanto movimiento

— No creo que lo haga ahora —dijo al fin Lila con malicia

— ¿A que te refieres? ¿Que le hiciste a mi hija? —dijo Marinette con enfado y preocupación

— No pienso decírtelo. Ya que arruinaron mis planes... por lo menos así sufrirás lo que te mereces

— ¡Habla ya Lila! ¡¿Que le hiciste a mi hija?! —exclamó Adrien enojado— O si no...

— ¿O si no qué? Vas a matarme, vas a convertirte en un asqueroso asesino como tu padre

— Hijo yo me encargo de esto. Saul revisa a la niña. Confíen en él, es un gran médico —aseguró Gabriel

— ¡Arruinaste mi diversión! —dijo Lila— Para que rayos te metes donde NO te llaman, este asunto es entres Adrien, la estúpida esa y yo

— Todo lo que tiene que ver con mi hijo me importa y me compete

— Si claro, tanto te importa que eres capaz de dejarlo abandonado por largos años ¿no? Según tú por negocios

— Tú de verdad eres un completo imbécil ¿Como puedes amar a esa bruja a quién no le importas ni un poco? —dijo Gabriel esta vez dirigiéndose a Luka e ignorando lo que Lila había dicho recién— Hay mejores partidos. Mira donde estas por andar enredado con mujeres que no valen la pena, a punto de morir

— ¡Claro que me importa! Y él lo sabe, es alguien importante para mi

— ¡Ajá, te importa mucho! Que estas dispuesta a que acabe con él en este instante solo para salvarte el pellejo

— Ni siquiera lo pienses, antes que le hagas algo malo a Luka yo te mato infeliz —dijo Lila disparando hacia Gabriel pero la bala tomó otra dirección dado que Lila disparo con los ojos cerrados porque no tenía ni la más mínima experiencia con armas.