• Parte 2/3 •

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Capítulo XXXVIII

Era de mañana Marinette había logrado comunicarse con Milissent, le comentó lo que Adrien le había propuesto y ella estuvo de acuerdo, por lo cual Marinette debía trabajar con Adrien hasta que Milissent regresara y pudiera hicierse cargo.

Luego de terminar su reunión con Milissent, Marinette decidió que iría al supermercado a comprar algunas cosas que necesitaba y llevaría a su pequeña con ella. Mientras su madre se encargaba de atender la panadería.
Estaban por salir cuando llamaron a la puerta, la azabache abrió

— ¿Adrien? ¿Que haces aquí? Deberías estar en la empresa ¿ya viste la hora? —dijo la ojiazul al ver al rubio frente a ella, pasaban de las ocho de la mañana y ella sabía que Adrien era muy puntual para llegar al trabajo

— Vine porque quiero ver a mi hija

— ¿Qué?...

— ¿Mami ya nos vamos? —preguntó la niña acercándose a Marinette permitiendo que Adrien pudiera verla.

El rostro de Adrien se iluminó de alegría y una amplia sonrisa se dibujo en su rostro al ver a la niña, la pequeña era igual a él con excepción del color de los ojos

— Hola pequeñita ¿Como estas? —la niña guardo silencio un momento y se abrazo la pierna de su madre

— Mamá dice que no hay que hablar con extraños —respondió la niña con timidez

— Oh claro y eso es verdad nunca hables con extraños, mira soy Adrien ¿y tú? —dijo el rubio poniéndose de cuclillas para quedar a la altura de su hija

— Emma

— Que lindo nombre, bueno mucho gusto Emma, ¿te gustaría que fuéramos amigos?

— No lo se... bueno si —dijo la pequeña con una sonrisa

— Entonces seamos amigos —dijo Adrien y estrechó la pequeña mano de la niña— ahora ya no somos extraños

— ¿Tú quien eres? —preguntó Emma a Adrien con curiosidad

— Les parece si entramos a la casa —dijo Marinette y ambos asintieron.

Adrien y la pequeña se sentaron en el sofá, mientras Marinette les preparaba algo de beber. Ellos siguieron conversando, él escuchaba atentamente y respondía a las preguntas que le hacía Emma, al parecer se llevaban bien y eso hacía sentir contenta a la azabache

— ¿Tú eres amigo de mi mamá?

— Si, así es y hora también soy tu amigo

— ¡Siii! Mami tu amigo me cae muy bien —dijo Emma al ver a su mamá llegar con unos vasos de leche malteada

— Me alegra mucho saber eso cariño

— ¿Te gustaría jugar conmigo al restaurante? —preguntó Emma a Adrien con entusiasmo

— Cariño, no creo que Adrien tenga tiempo, él debe ir a trabajar

— Oh, entonces ya te vas —dijo la pequeña desanimada

— No princesa, jugaré contigo —dijo el rubio mientras marcaba un número en su celular— Solo haré una llamada

𝑻𝒖 𝒎𝒆 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒂𝒔𝒕𝒆 𝒍𝒂 𝒗𝒊𝒅𝒂.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora