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Extractos de cartas intercambiadas entre Jhon y Amber.




Como te comenté ayer, el señor Holden ha sido más que paciente con los niños. Aún están acostumbrándose a la autoridad de su nuevo maestro y siempre que llego a casa me reciben con quejas, pero en el fondo sé que adoran escuchar las aventuras que les cuenta. Tal parece que se interesan demasiado por la geografía. Hoy me han pedido que les compre los mapas expuestos en el British Museum. No pude explicarles que no están a la venta. Necesito tu ayuda para persuadirlos y que dejen de darme caña con eso. Te lo ruego.
Atentamente, Jhon B.

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Bella me ha dicho que están felices con todo lo que el señor Holden les enseña. El hombre tiene mucha energía y es bueno para relacionarse con los más pequeños. Te agradezco otra vez que decidieras contratar a un tutor. En mi carta de ayer para los gemelos he escrito explícitamente que el museo no vende los mapas, pero les he asegurado que si tanto les gusta tú los llevarás allí para verlos. Espero que encuentres un momento para salir a pasear con ellos. Estoy segura que les encantaría. A propósito, Bella ha comentado que tiene problemas con Barwick, ¿sabes que ha sucedido?
Atentamente, Amber.


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Isabella ha estado discutiendo con Darien porque la señora Winston vino el otro día al hotel y mi hermano dejó que su archienemiga cargará al bebé. Ya sabes que Allison nunca ha sido de su agrado y mucho menos por su profunda amistad, sin embargo, no hay nada que podamos hacer para cambiar el pensamiento de mi cuñada, esa mujer tiene que reflexionar ella misma para admitir que mi hermano nunca le sería infiel.

El otro día mencionaste que habías salido a tomar el té, pero no dijiste con quien, ¿has hecho amigos en Cambridge? Arthur y Marc están preocupados de que encuentres a otros hijos allí y te olvides de ellos. Tu última carta funcionó. Ya han olvidado el asunto de los mapas. Intenta convencerlos de que no tendrás otros gemelos. Espero tu respuesta y que estes bien.
Cordialmente, Jhon.


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Ya te había hablado sobre la señorita Ackerman y su prometido, el señor Reynolds. Se han convertido en grandes amigos desde que llegué. Por favor diles a los chicos que son irremplazables y que los amo. He pensado en ir a Londres el próximo mes a visitarlos y comprar semillas para el jardín, pero aún no puedo confirmarlo. Estoy enamorada de está ciudad y preferiría traer a Marc y Arthur aquí para que conozcan la zona y puedan jugar con libertad. ¿Los traerías si ellos aceptan? No quiero distraerte del trabajo.

—Por favor avisame, Amber.


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No tengo problemas con ir a Cambridge con los chicos. Estoy seguro que querrán quedarse una vez vean tu casa, sabes que adoran correr descalzos en el campo. Cuando describes la propiedad me recuerda al verano que pasamos en Gibraltar, pero sin el placentero clima templado. Aquella casita en la colina nos encantaba, en especial a ti. Por cierto, ¿has arreglado la puertecilla trasera ya? Debes tener cuidado en las noches. Aunque la ciudad es tranquila y ordenada alguien podría entrar a robar. Si necesitas algo solo tienes que pedirlo, Amber. No me gusta la idea de que tu seguridad este en riesgo.
Con cariño, Jhon.


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La señora Bringters conoce al carpintero del local y vendrá está misma tarde, ya no debes preocuparte más. Bella me ha dicho que Marc ha perdido el apetito y apenas come. Sé que dijiste que se trataba de un berrinche porque no los dejaste jugar en el lobby del hotel ese día, pero estaría aliviada de que lo animaras a tomar sus cenas como siempre lo hace. Los gemelos suelen comer sin problemas y eso llama mi atención y altera un poco mis nervios.

Hoy he ido a la modista y me he enterado que la señorita Ackerman ha roto su compromiso, al parecer ama de otro hombre y este le corresponde. Han sido la comidilla y el pobre señor Reynolds está devastado. Nunca imaginé que eso sucediera porque se veían enamorados. Como ves, es muy difícil aburrirse aquí puesto que hay tanto drama y chismes como en Londres.
Un abrazo, Amber.


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El doctor Prats ha venido y revisó a los niños. Dijo que no era grave y que era bastante común. Hoy en día los jóvenes de la capital se están enfermando con regularidad. Por mera precaución ha recetado aceite de bacalao y mucha ingesta de frutas y carnes, ha dicho que eso ayudara a mejorar su salud. Darien se ha puesto como loco y prácticamente ha amenazado al médico con revisar a Elliot más de una vez. Te reirías con solo verlo. Isabella tuvo que distraerlo para que Prats pudiera salir de la mansión.

Lamento lo de la señorita Ackerman y Reynolds, sé que eran tus amigos y solías pasear con ellos. ¿Mantendrás el contacto con ambos o prefieres tomar distancias?

Quería contarte que mis padres saben de tu partida y no están contentos. Por supuesto que les dije que toda la culpa reside en mí. Les he escrito a Irlanda y vendrán a la capital en cuánto puedan. Si recibes su correspondencia por favor ignoralos. Intentarán convencerte de volver y sé que no lo deseas. No han escuchado mis ruegos y están decididos a incomodarte. 

Pdta: Perdonáme por todo lo que hice esa noche.
Tuyo, Jhon.


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Si la fiebre de Marc sigue empeorando iré a Londres, Jhon. Mis hijos me necesitan y aunque Bella y tú me dicen que no debo hacer un escándalo de esto, creo que debo ir a darle mimos. A veces los niños solo necesitan un poco de cariño materno para mejorar. Gracias por disculparte. Siempre supe que estabas arrepentido, pero quería que lo expresaras de alguna manera.
Pdta: Lo he dicho mil veces, no obstante, quiero repetirlo otra vez. También lo siento. Espero que estas semanas conversando sean una prueba de que podemos seguir adelante por el bien de los gemelos y podamos comportarnos con cordialidad frente a ellos.
Tuya, Amber.


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Marc ha empeorado. Te necesita. No ha dejado de llorar y pide tu presencia.
—Te necesitamos, Jhon.


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Partiré mañana al amanecer, pero tal vez el mal estado del camino me retrase. Las lluvias no han parado y temo que el trayecto llevará más de las cuatro horas normales.
Un gran abrazo, Amber.

Historias Cortas - Misterios de Londres III (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora