—¿Estás seguro que fue tu esposa? —le preguntó Thomas desde su asiento.—Mis criados son bastante fieles y jamás he tenido incidentes de ese estilo con ellos. Allison debió tomar el dinero para su padre. No hay otra forma de excusarla.
—¿Piensas encararla? Eso la pondrá a la defensiva y volverán a discutir.
—Tampoco quiero ofenderla, pero ¿qué otra cosa puedo hacer? No entiendo por qué no acude a mí si está en apuros. —se dejó caer rendido en el sillón de la estancia y apuró de un trago la copa de whisky que el duque le había servido minutos atrás.
Carl había estado tres días tratando de encontrar la ocasión oportuna para iniciar una charla con Allison y no se había atrevido a siquiera mencionar que le hacía falta algo de dinero.
Muy en el fondo había esperado a que ella le confesara lo que había hecho y porqué, sin embargo eso no sucedió y tampoco parecía posible en el futuro cercano.
—Se supone que no debería decirte esto porque es una investigación privada del gobierno. —Kent se acercó a él y casi susurró sus palabras —Barrett ha estado traficando obras de arte y piezas importantes de varios países, en especial de territorio africano.
—¿Y qué tan grave es eso?
—Demasiado. Intentó robar hace un par de semanas una colección del Victoria and Albert Museum, entre las piezas destacadas hay joyería cara y única. Pero no quieren que Inglaterra se entere de que alguien trató de hurtarlas. No alentaría el patriotismo británico. He ahí el enfado de nuestros monarcas y su afán por atrapar a los culpables de manera que el crimen sea más discreto. —le explicó rápidamente.
—¿Por qué no los han arrestado aún?
—No hemos podido probar la conexión entre Barrett y sus socios todavía. —el duque rellenó ambas copas y dejó la botella cerca —Hay pruebas pero no son contundentes. Sabemos que tiene buenos abogados y el juicio no avanzará puesto que él no aceptará los cargos.
—Thomas sé que esto es ilegal y mi suegro debe pagar por sus delitos pero va a destrozar a Ally y de una forma u otra su reputación. —estaba apenado por su familia política pero con tal de salvar un poco el buen nombre de la castaña haría lo que fuera —No tengo derecho a pedirte esto y sé que es tu trabajo pero...
—No tienes que pedirmelo Carl. Si esto sale a la luz tú estarás igual de salpicado. Eres mi amigo y no permitiré que el hombre que salvó mi vida y la de Carrie hace tiempo se vea perjudicado.
—Te lo agradezco —dijo con alivio. No iba a mentir. Había reflexionado acerca de las consecuencias de que su suegro estuviera metido en negocios fraudulentos y sabía que su banco perdería credibilidad al estar emparentados —¿Entonces lo encubrirás?
—No puedo darte más detalles pero quiero que confíes en que no dejaré que algo los dañe. —le habló con claridad y Carl le sonrió agradecido —Carrie me mataría si supiera que pude impedir que las cosas se salieran de control y no lo hice.
—Estoy seguro que lo haría... —comentó con los pensamientos más tranquilos y volvió a terminarse la copa.
—Ve a casa. Intenta que tu esposa te cuente lo que sucedió con las tres mil libras y si te confiesa algo que sea relevante no dudes en enviarme una misiva.
—De acuerdo. Eso es lo que haré. Gracias de nuevo Thomas. Dale mis saludos a la duquesa.
Kent lo acompañó a la puerta y ambos se despidieron. Carl no fue directo a su hogar. Se permitió dar un paseo por las calles de la ciudad sin rumbo fijo.
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Historias Cortas - Misterios de Londres III (COMPLETA)
RomanceParte final de la saga de Misterios de Londres. Son dos historias cortas de algunos personajes de las anteriores novelas. Recomiendo leer primero "Huyendo de Barwick" y "Seduciendo al Duque de Kent", aunque pueden leerse de forma independiente tambi...