27

285 38 3
                                    


"Amber, antes de que te alarmes al ver lo larga que es está carta en comparación con las anteriores quiero mantengas la calma y no pienses que ha pasado algo malo. Los gemelos están bien y no hay de qué preocuparse. Tomate el tiempo que necesites para leer esto y dame una respuesta sincera.

No tengo ni la menor idea de cómo empezar una carta de amor. Jamás había escrito una y nunca pensé en llegar a necesitar hacerla.

La primera vez que te vi fue suficiente para saber qué pasaríammos nuestra vida juntos. Hay ocasiones en las que solo lo sabes y no tienes que darle vueltas al asunto para imaginar cómo será el final. La conexión que tú y yo teníamos era inigualable y siempre me sentí afortunado por tenerte a mi lado. Nadie podía tener tanta suerte, pero yo la tuve al conocerte.

Amber, los dos nos hemos disculpado demasiado en los últimos meses por todas las razones posibles, pero creo que nunca te he pedido perdón por no amarte como debías. No confundas estás palabras con lo que pasó después de esa gran discusión que terminó con nosotros hace tantos años o como te traté todo este tiempo. Me refiero a que quiero que me disculpes por no escucharte cuando mas lo necesitabas, por no hablarte cuando más lo necesitabas, por irme sin avisar muchas veces y dejarte plantada varias más.

Hice unos votos sagrados frente a Dios y no los cumplí como debía. Prometí amarte y respetarte, no obstante, me tomé muy a pecho lo de "hasta que la muerte nos separe" y pensé que siempre estarías allí cuándo llegará a casa sin importar qué. Asumí que sería así hasta el final. Dí por sentado que tus sentimientos no cambiarían porque habíamos hecho un juramento y porque teníamos unos preciosos hijos recién nacidos. También me avergüenza confesar que dije que si ya tenías todas las comodidades posibles no te podías quejar de cómo estábamos viviendo. Nunca me convenció la idea de vivir en casa de Darien, pero tú no te opusiste y para nosotros fue fácil organizarnos de esa manera porque era más sencillo para los planes del hotel.

Ojala te lo hubiera consultado, querida.

Así fue como comprendí muy tarde que en ocasiones las parejas pueden separarse antes de la muerte.

Recuerdo bien que llegaba cansado de aquellos viajes y tú te mostrabas sonriente y feliz conmigo. Fui injusto y pensé que no estabas sufriendo y de hecho tu vida era mejor que la mía porque yo debía ocuparme del negocio familiar aunque nunca quise hacerlo de verdad. Me estaba portando como una víctima cuando solo querías hacerme sentir mejor después de hacer un trabajo que no disfrutaba.

Gracias.

No podía desahogarme con nadie más y siempre estuviste conmigo.

Tampoco te he agradecido todos estos años por tu resistencia. Pusé todo el peso de la crianza de Marc y Arthur en tus hombros y ni una sola vez me tomé el tiempo para elogiar tu esfuerzo y dedicación. Fue más fácil para mi dejarte el verdadero trabajo duro a ti. Lo has hecho increíble. Los gemelos son grandiosos y espero que al crecer hereden todo de ti.

Cuando te fuiste a Cambridge no pude con la culpa por ponerlos en tu contra. Es algo que no podré perdonarme a mí mismo aún cuándo tu ya lo hiciste, cariño. El vínculo de esos niños contigo es muy fuerte y yo traté de romperlo sin pensar en el daño que eso provocaría.

Sé que mis promesas deben parecerte vacías y sin fundamento, pero juro que jamás se volverá a repetir una situación como la de esa noche. Primero me colgaría antes de hacer eso de nuevo. Confía en mí está vez. Tu y los chicos son lo más importante que tengo en el mundo y perder a uno de ustedes me dejaría fatal, prácticamente un muerto en vida.

Como dije al principio de está carta, tengo toda la intención de confesarte mi amor, pero no estoy confesando nada que no sepas, Amber. Tienes que reconocer que la última vez que compartimos la cama no fue producto de la pasión más espontánea y sorpresiva. Tú y yo llevábamos mucho tiempo anhelando el cuerpo del otro. Tal vez no lo sabíamos en ese momento, no obstante, ahora puedo decir con total seguridad de que hicimos el amor aquella noche.

Y fue asombroso.

Recordar tus besos y caricias cuando te tengo tan lejos es un auténtico infierno para mi. Incluso en el preciso instante en el que estoy escribiendo esto, querida.

Te amo, Amber.

Sé que tendremos peleas en el futuro, no puedo prometerte que estaremos bien todos los días de la semana hasta el final. Puede que nos gritemos y discutamos sin razones, pero también sé que quiero exactamente eso solo contigo.

Quiero que me cuentes lo que haces a diario, que me cuentes todos los chismes que te enteres por allí, que confíes para llorar frente en mi, quiero que me beses y me abraces como antes, quiero que cantes en mi oído para despertarme cada mañana, quiero que bromees conmigo, quiero que me dejes hacerte el amor cuando sea, que nos divirtamos juntos otra vez, quiero que estemos con nuestros hijos, quiero perderme un día entero a tu lado y fugarnos.

Quiero que seas feliz.

Lo quiero absolutamente todo contigo y estoy cansado de fingir que no me es indiferente tu partida.

No quiero dejarte ir nuevamente. Estoy desesperado. Me niego a pasar el resto de mi existencia sin ti, porque te necesito, porque te quiero a mi lado y porque nadie más podría ser mi alma gemela. Tienes ese poder de hacerme sonreír en las situaciones más difíciles y duras. No sabes que meses he pasado debido al estrés y otros problemas que ya te he comentado, pero con una sola carta tuya haces que todo lo malo se vaya.

Solo pienso en ti y no sabes lo mucho que ansío verte y tocarte. Puede que sigan pasando los meses y los años y mi amor seguirá intacto, a veces creo que se fortalece debido a la necesidad de ti y no pienso rendirme.

Amber, tú haces que mi corazón se sienta en verano todo el tiempo, no importa si está lloviendo o nevando fuera. El solo hecho de pensar en ti es suficiente para cambiar mi estado de ánimo y hacerme sentir mejor. Sentí eso al conocerte y por eso supe que eras la indicada. Sigues siendo la indicada, cariño.

Esto no es lo bastante bueno para traerte de vuelta, pero quiero que tengas presente que lo único que deseo es amarte sin trabas, sin rencor y sin malentendidos. Espero que recuperemos la pureza de nuestros sentimientos.

Por favor vuelve a mi, Amber. Creo en el amor que nos tenemos y que nuestros fantasmas ya no pueden hacernos daño.

—Siempre tuyo, Jhon."

***


Las lágrimas de Amber le impedían ver. Apenas podía respirar con normalidad y su corazón parecía haber corrido un maratón. Sentía una terrible presión en el pecho que no se iba por más que masajeara la zona.

Jhon la amaba.

Apretó las hojas contra ella y trató de calmarse aunque ya sabía que lo único que la haría sentir mejor era estar con su esposo. Nunca lo había extrañado tanto como en ese instante. Dolía demasiado. ¿Cómo había sido capaz de vivir lejos por varios meses?

Fue a la cocina y se sirvió un vaso con agua para intentar pasar el nudo que tenía en la garganta, sin embargo, no tenía las fuerzas suficientes para nada. ¿Era raro sentirse feliz y desdichada al mismo tiempo? Estaba dichosa de conocer los sentimientos románticos de Jhon y triste por no poder besarlo ya y confesarle sus propias emociones.

Se amaban y estaban muy lejos del otro.

Tomó una hoja y el tintero del escritorio y se dirigió hasta el jardín para que la brisa del viento le ayudara a relajarse y escribir lo que necesitaba.

Una vez que tuvo listo el sobre esperó al cartero en la entrada de la casa y se lo entregó con instrucciones precisas.

El resto del día lo paso releyendo el escrito y llorando en su cama. En el fondo estaba impaciente por verlo o saber de él. Entendía que iba a ser complicado que él viajara a Cambridge debido a todo el ajetreo que tenían esa semana en el hotel y ella también tenía muchos pendientes en la propiedad como para abandonar sus asuntos e ir a Londres.

Estaba dispuesta a conformarse con una carta. El resto ya lo sabía.

Jhon la amaba y ella a él. 

Historias Cortas - Misterios de Londres III (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora