I. A charming stranger

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But no, take me home
Take me home where I belong
I got no other place to go
No, take me home
Take me home where I belong

But no, take me homeTake me home where I belongI got no other place to goNo, take me homeTake me home where I belong

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I got no other place to go
No, take me home
Take me home where I belong
I can't take it anymore

Stand by me

I. A charming stranger

Da un sorbo a su café y prosigue con la lectura de su pesado libro de texto. Es tan enorme y está queriendo acabarlo de una maldita vez. A veces odia que deba aguantar tanta teoría sin nada de sustento para un examen que no servirá de nada. Sí, en algún siglo le aplastaron la cara a los Pugs. Él no lo va a hacer ¿Por qué debe aprender eso?

¿No es mejor solo saber cómo atenderlos? Sus dificultades respiratorias, en sus ojos. Acaba sofocado, metiendo la cara en el libro y dando un quejido largo, lastimero y tonto. Está harto. Quiere estudiar cosas normales de un veterinario. No como torturaban animalitos para que fuesen estéticos.

Pensó que lo peor de la carrera sería ver sangre o animales adoloridos. No, es la lectura. Levanta la cabeza por toques en el hombro y se endereza, abochornado.

— ¿Puedo sentarme aquí?

—Eh, sí, lo siento, n-nadie suele venir a esta zona.

Toma sus cosas y las acumula al otro lado de la mesa, donde nadie pediría sentarse. De por sí, es raro que este hombre quisiera hacerlo. Hay muchas mesas vacías. Ni siquiera reconoce a esta persona y considerando el tiempo insano que pasa en este café con el fin de estudiar, debería poder hacerlo.

¿Cómo no recordar a alguien tan inigualablemente bello? Es abrumador. Él saca una novela de su bolso: Por quién doblan las campanas, de Ernest Hemingway. Parpadea repetido ¿Es estudiante de literatura o algo así? Sus pensamientos acaban siendo demasiado escandalosos, haciendo que el contrario le mire de regreso.

— ¿Lo has leído? —pregunta con deje curioso.

—No. La verdad no soy de leer libros.

—Oh.

—Aunque la frase es popular. "No preguntes por quién doblan las campanas..."

—"Están doblando por ti"—corresponde con sonrisa ladina—. Solo por eso lo estoy leyendo.

—Prruuuu—-Saca los labios y se recuesta en la mesa—. No es suficiente para leer las... —entrecierra los ojos y mueve la mano derecha—. ¿Quinientas páginas? Que debe tener esa cosa. Me quedo con mi curiosidad.

El contrario se ríe con ternura de la respuesta y es ¿Raro? Él no está acostumbrado a tanta simpatía de un extraño. Esto sigue siendo Corea y a pesar de verse coreano, considera que quizá sea un extranjero. Lo prefiere, es más ameno, tan solo le hace sobre pensar al respecto. Sobre todo lo que sucede después:

Stand by me || VHopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora