Despertó bruscamente, sintiendo el aire faltarle. Llevó sus manos a su cuello antes de impulsarse hacia adelante y comenzar a toser con fuerza, tan fuerte que no tardó en vomitar. Se colocó en cuatro mientras seguía vomitando aquella sustancia negra con sangre, viscosa, que lucía terriblemente mal.
Lloró con fuerza, alejándose de la sustancia y se pegó a la pared aún con el sucio camino de saliva de su labio inferior hasta la barbilla. Se abrazó las piernas viendo las venas negras en sus huesudas manos y desnudos muslos, temblando con fuerza y lloriqueando más al ver las venas moverse y hacer cada vez más negras y multiplicarse, mandando ardores por todo su cuerpo.
Temblaba y temblaba, sintiendo el sudor frío en su nuca y sus tibias lágrimas escurrir por sus mejillas. Se limpió con su mano y pegó un brinco al escuchar un fuerte ruido, ronco y pesado. Se levantó de golpe, apoyándose en la fría y húmeda pared mientras observaba a todos lados, buscando de dónde venía aquel ruido. En la oscuridad total era complicado ver dónde había quedado la puerta después de estar horas o quizás días moviéndote. Hubo un pequeño silencio hasta que finalmente observó una ranura de luz volverse más grande a su derecha y finalmente una puerta abrirse. La persona con túnica negra y vela roja, oculto tras la máscara, estaba en el umbral de la puerta, en silencio.
—Es hora. —habló con voz suave.
Sintió sus lágrimas escurrir con más fuerza, no pasó mucho antes de que comenzara a negar con la cabeza repetidas veces y murmura en voz baja "no" repetidas veces. Pero otras dos personas con túnicas aparecieron detrás de la otra en la puerta y entraron al lugar.
—¡No, por favor, no! —gritó— ¡Por favor, no!
La arrastraron fuera, tomándolo del cabello sin ningún cuidado y arrastrándola la tomaron de los brazos para levantarla, pese a los gritos histéricos de la joven chica. Escuchó otros gritos masculinos y vio que de otra puerta sacaron a un joven chico también arrastrándolo con fuerza otras dos personas. Los arrastraron por unas escaleras y cruzaron un pequeño túnel, allí se desviaron por un pasillo y tocaron una puerta.
Otras personas exactamente vestidas igual y con la misma máscara abrieron, permitiendo que todos ingresaran. Allí aventaron con fuerza al chico mientras a la joven la sentaban en una silla con cuidado. Se encargaron de atarla mientras al joven lo levantaron y lo pusieron en una pared con una cruz invertida. La chica comenzó a gritar asustada al ver a todas esas personas colocarse frente a las paredes, formando un cuadrado y quedando en silencio. Se calló, sollozando junto al joven que lucía bastante joven y asustado.
—Por favor, pagaremos pero déjenme ir. —suplicó él.
Las personas no se movieron en absoluto, dejando al chico suplicar en vano.
—El gran jefe vendrá pronto —habló una persona de túnica negra entrando por la puerta, por la voz, dedujo que era alguien masculino—. ¿Todo está listo?
—Ya. —contestaron todos al unísono.
Escucharon un fuerte crujido, todos se helaron al segundo. La chica vio como todos se acomodaban para dejar la puerta abierta y libre el pasillo. En él se veía una persona que iba avanzando, cada vez acercándose más. La chica se removió incómoda en la silla, pero obtuvo una bofetada de la persona a su derecha. Jadeó por el dolor en voz baja y volvió a ver al frente. La persona finalmente había ingresado, en una túnica roja y una preciosa máscara negra con bordes de oro. Cubría todo a excepción de sus labios que eran carnosos e increíblemente tentadores.
—Veo que nuestros invitados no han sido tratados muy bien. —comentó el de la túnica roja esbozando una tétrica sonrisa.
Avanzó en silencio, haciendo que la puerta se azotara detrás de él sin que nadie se acercara. Aquello tensó muchísimo el ambiente, más de lo que ya estaba. El de la túnica roja, alias, el gran jefe, se acercó al chico que estaba atado a la cruz. Lo tomó de la barbilla y la alzó para verlo fijamente, moviendo su cabeza de izquierda a derecha apoyándose en la barbilla para finalmente soltarlo y ahora acercarse a ella.
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LEVIATHAN - yoonmin
Fanfic❝ Donde Park Jimin era un satánico, producto del mal y príncipe del infierno... y Min Yoongi un ateo y anhelo más grande del hijo del Diablo.❞