Capítulo 23

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El demonio estaba en cuclillas observando en silencio las gotas de sangre que perdían entre la vegetación. Deslizó la yema de su dedo por las hojas y lamió la pequeña gota antes de levantar la vista.

Sus ojos brillaron con fuerza y corrió velozmente entre los árboles, como una sombra que desaparecía y aparecía de un segundo a otro cada vez más lejos, olfateando el olor a sangre como un manjar dulce, relamiéndose al sentirla en sus papilas gustativas, sus ojos ardientes de hambre.

Siguió corriendo en la espesa noche hasta escuchar ruidos y jadeos de dolor a lo lejos. Observó otra sombra más lejos y eso le hizo sonreír y acercarse soltando un aullido macabro, una carcajada y sacar unos enormes colmillos de serpiente y enorme lengua.

El demonio se convirtió en una serpiente en un segundo, deslizándose con una velocidad impresionante por el suelo siguiendo a la otra silueta que corría frente a él, sangrando del cuello y de la cadera, escurriendo sangre y con los mechones de cabello pegados a la frente, mandíbula adolorida y respiración pesada y ardiente.

La serpiente pareció erizarse por completo, dando una vuelta donde se revolcó antes de seguir persiguiendo a su pobre víctima. La distancia entre la pobre persona que corría y la persona, se fue acortando casi por completo. La serpiente brincó sobre la espalda convirtiéndose en el demonio nuevamente y tirando a la víctima al suelo.

Ambos rodaron por la colina llenándose de tierra y golpeándose dolorosamente contra todo. El demonio con colmillos de serpiente quedó sobre el otro, inmovilizándolo con sus piernas y soltando un enorme chillido agudo que le hizo escurrir veneno de los enormes colmillos.

— ¿Te creías muy listo no es así? — El demonio con enormes colmillos de serpiente esbozó una gran sonrisa. — ¿El beso de la muerte? Pudiste hacer algo mejor precioso.

Jimin se mantuvo debajo de él, la sangre escurriendo por su cuerpo y sus ojos llenos de terror pero firmeza al mismo tiempo. Los tenía duramente clavados en él, mostrando un odio que nunca antes había sentido, un rencor y un dolor que le estaban haciendo perder su control.

— ¿Y ahora huyes como un maldito cobarde? ¿Qué te pasó? — Se burló Taylor secamente. — ¿Te quedaste sin nada?

Tomó la mano del rubio quien soltó un quejido. Observó allí unas venas negras muy suaves, casi desapareciendo. No pudo evitar soltar una carcajada.

— ¿Ahora te dedicas a chupar el poder de otros? — Siguió negando con la cabeza y peinando el cabello del rubio con delicadeza por atrás antes de trazar su mejilla y levantar su barbilla con la misma mano. — ¿Jimin? ¿Estás tratando de quitarme más poder pequeño travieso?

— ¡Suéltame! — Bravó Jimin tratando de empujarlo.

— Debo admitir que me conmovió tu escena con Yoongi, tal para cual ustedes dos. — Taylor fingió limpiarse unas lágrimas. — Y tú diciendo que no le harás eso, que estás muriendo, pero prefieres hacerlo a que él se transforme en esto que tanto odias. Un demonio.

Jimin se mantuvo en un pequeño silencio. Taylor lo tomó del cuello.

— Y cuando vas de regreso te sorprendo, ¿y qué haces? Usar casi todo tu poder para destruirme y lo hiciste. Pero no contabas conque fuera a morderte, ¿sientes el veneno Jimin? Veo tus lindos ojos comenzar a oscurecerse. — Sonrió vilmente.

— Enfermo. — Siseó el rubio.

— Deja de pelear Jimin. — Susurró Taylor. — Entrégate a mí, convierte e Yoongi y únanse a mí. Sean parte de mi ejército, asesinaremos a todos los ángeles, destruiremos el cielo y la humanidad vivirá en la palma de nuestras manos.

LEVIATHAN - yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora