Unidos Contra El Mundo (Chat Noir/Adrien y Tú)

Queen Wasp

LA BATALLA DE LAS REINAS PARTE 2

Ya estábamos en el desfile de nuevo, este día no hubo ninguna interrupción por akumas, y Adrien estaba modelando en la pasarela.

Entonces las luces y la música se detuvieron, todo el público se sorprendió, pues sobre el escenario estaba el mismísimo Gabriel Agreste, por lo que escuché, no hacía apariciones públicas desde lo de su esposa, sin embargo, ahí estaba, mirando a Adrien.

El mayor caminó hacia su hijo, y lo abrazó, abrazó con tanto cariño a Adrien, nunca había visto esa faceta del señor Agreste.

Sonreí con ternura al verlos, se notaba que Adrien estaba feliz, pues se dejó llevar en aquel cálido abrazo de parte de su padre.

El desfile terminó, fui a los vestidores con Adrien, y pude confirmarlo, la aparición de su padre lo alegró de tal manera que la sonrisa no desaparecía de su rostro.

Tocaron la puerta del vestidor y para nuestra sorpresa, no era ningún asistente, o mi madre, era Gabriel.

—Acompáñame, iremos a hablar con Audrey —dijo el mayor sin perder su tono de seriedad.

—Claro padre —dijo Adrien y comenzó a caminar hacia el adulto.

Yo me quedé sentada en una de las sillas que había en el vestidor, pero Gabriel habló.

—Usted también acompáñenos, señorita ________ —en su voz percibí algo de amabilidad.

Me sorprendí, pero traté de ocultarlo, solo asentí con la cabeza y salí del vestidor, seguimos al señor Agreste hasta donde se encontraban Audrey y Chloé.

Gabriel inició la conversación disculpándose con Audrey por el incidente de los asientos en el desfile.

Luego sentí la mirada de la mujer sobre mí. —Pero si eres tú... La hija de Mateo y Nathalie —dijo con un tono alto—, ¿eres...?

—________ —respondí.

—________, claro.... Has crecido mucho —sonreí, Adrien y Chloé me miraron confundidos.

Pero yo estaba igual, no sé de dónde me conocía, así que solo miré con una sonrisa incómoda a la cámara imaginaria.

—S-sí... ¿U-usted conoció a mi padre? —pregunté algo ilusionada.

—¡Claro que lo conocí! —exclamó—, Gracias a Gabriel conocí a tus padres —explicó dejando de lado su tono de crítica de la moda.

Pero luego guardó silencio. —Lástima que nos dejó tan pronto, me hubiera gustado verlo de nuevo —tragué saliva y desvié la mirada.

No me gustaba mucho recordar la muerte de mi padre, pues aún era una herida sensible para mí.

—No recuerdo que la mencionara a usted, de lo más que recuerdo era de Gabriel y Emilie —dije algo tímida.

—Aún no entiendo cómo es que un diseñador de modas y un investigador arqueológico se hicieron grandes amigos —comentó Audrey, y dejó de lado su tono y actitud soberbia.

Gabriel aclaró su garganta. —Nos conocimos en una exposición de diferentes culturas —comenzó y yo le presté atención—, resulta que a ambos nos interesaban algunas cosas.

Sonreí de lado, pues me gustaba hablar de mi papá, hacía sentir que él aún estaba presente.

Audrey sonrió. —Ya veo, recuerdo que él también pidió consejos de moda, más bien para una joya... Un collar de estrella —comentó.

Solté un jadeo y con rapidez busqué en mi cuello dicho collar. —¿Este? —cuestioné y lo mostré emocionada.

Audrey bajó sus lentes de sol y lo miró. —Precisamente —regresó a su postura—. Después no lo vi por un tiempo, y luego me enteré de que él y Nathalie tuvieron una hija —comentó y soltó una risa amigable.