Unidos Contra El Mundo (Chat Noir/Adrien y Tú)

Befana

Estaba en la habitación de mi novio, había pasado cerca de una semana desde que hallé a Pixxie, y ella poco a poco iba acostumbrándose al mundo moderno, pero volviendo al tema, estaba en la habitación de Adrien, era sábado y eran cerca de las 9:00 de la mañana, por lo cual, mi querido rubio seguía dormido.

—Ad... —susurré y me senté a lado de él.

—Plagg... —a su vez, Pixxie le habló a Plagg quien también estaba dormido.

—Precioso... —volví a hablarle y toqué su hombro.

Él se removió un poco, pero no despertó. —Adrien... —lo removí un poco más.

Él se volteó y murmuró algo. —¿Mi _______? —habló y soltó una risita—, sí... Me voy a casar con ella. —musitó y se acomodó en su cama con una pequeña sonrisa.

Enrojecí en menos de un segundo ante aquella declaración somnolienta por parte de Adrien, ¿Qué era lo que estaba soñando?

Miré a Pixxie. —Plagg... Despierta —lo movió y de igual manera el kwami habló entre sueños.

—No... No... No fue su culpa... —murmuró.

Pixxie soltó un pequeño jadeo y se acercó a mí, pero antes de hablar me examinó. —¿Por qué estás tan roja? —preguntó.

—Eh... ¿Por qué estás tan sorprendida? —cuestioné.

—Adrien/Plagg —respondimos al mismo tiempo y encogimos los hombros—. Chicos —volvimos a hablar y soltamos una risita.

—Sé cómo despertarlo —dijo ella.

Yo asentí. —Igual yo.—dije.

—Con un beso/Con un almohadazo —volvimos a decir al mismo tiempo.

Ella levantó sus manitas. —El almohadazo es más efectivo —dijo.

Negué sonriendo, me senté a lado de Adrien y acaricié su suave cabellera. —Adrien... Mi am... —no terminé la frase y cerré la boca.

Pixxie me miro confundida. —¿Qué sucede? —cuestionó.

—B-bueno... E-es que nunca le he dicho que lo amo —confesé.

Ella sonrió. —¿Y lo amas? —preguntó en voz baja.

—Como no tienes idea, Pixxie —contesté y una sonrisa apareció en mi rostro.

Ella dio una vuelta en el aire. —No te preocupes entonces, llegará el momento justo en el que le declares esas dos palabras —dijo para animarme.

Sonreí. —Lo sé —dije.

En verdad quería que ese momento llegara, cada día que pasa, mi amor por él crece, siento nuestra unión volverse más fuerte, y no quiero ocultarle mis sentimientos, lo amo, y quiero que lo sepa.

—Ay ya —dije, con una mano tomé el rostro de Adrien y comencé a besarlo con suavidad, unos segundos después él me respondió el beso.

—Estos sí son buenos días —dijo con voz adormilada.

Reí. —Ya levántate, tenemos que ir a la fiesta sorpresa de Marinette —dije y me aparté de él.

—Como tú digas, mon étoile —habló.

Entonces escuchamos que Plagg exclamó. —¡Pixxie! —volteé a ver a ambos kwamis, Pixxie dejó caer una almohada.

—¡Despiértate dormilón! Me dijeron que habría una fiesta sorpresa, no sé qué sea, pero quiero ir —comenzó la ojimagenta.

—Los esperamos abajo —dije y salimos de dicha habitación.

Estaba en el comedor, esperando a que Adrien bajara, en lo que esperaba, mi mamá llegó y me dio un beso en la coronilla de la cabeza.