La Fée

5.4K 438 138
                                    

EL DESTINO DE SANCOEUR PARTE 2

—¡Llegamos! —exclamé en el momento en que pisamos la mansión, eran casi las 8 de la noche.

—Bienvenidos, hija, Adrien, ¿cómo les fue? —mi mamá preguntó, y tanto yo como Adrien la abrazamos.

—Bastante bien. —dije y omití lo de cuando me perdí en el bosque.

Es que si lo digo, no volveré a salir de casa en dos años.

Adrien asintió. —Nos fue de maravilla... ¿Está mi padre? —preguntó.

—Sí, pero está ocupado, tal vez más tarde puedas verlo, yo le avisaré que regresaron —mamá dijo, Adrien se decepcionó un poco—, me alegra que les haya ido bien.

—Gracias Nathalie... Y-yo iré a mi habitación, estoy cansado. —dijo Adrien.

Bostecé un poco. —Igual yo... Te veo al rato mamá. —dije y me dirigí a las escaleras para subir a mi habitación.

Una vez estuve en mi habitación —sin olvidar que pasé a la cocina por un plato de fresas con chocolate— me dejé caer sobre mi cama, y pensé en el día anterior... Más específico, en el momento en que estuve en el bosque.

—¿Puedo pasar? —escuché a Adrien desde la puerta.

—¡Claro! —dije.

Adrien entró, cerró la puerta, se acomodó a mi lado, Plagg salió de su camisa y se acostó en una de mis almohadas.

—Sigo pensando en... Eso. —hablé.

Adrien se acomodó. —¿Qué fue lo que viste? —preguntó.

—Era un lugar casi mágico, y había una especie de espejo, y alguien llamándome —comencé a explicar—, llegué ahí por un camino de destellos, algo me decía que fuera hacia ahí.

—Y cuando toqué mi reflejo... Hubo una gran luz y vi a dos personas, dos chicas y... Me vi a mí. —confesé con la mirada perdida en el techo.

Escuché que Plagg soltó un jadeo y se acercó a nosotros para escuchar mejor.

—Y después... Creo que me desmayé porque es todo lo que recuerdo, y cuando desperté, estaba justo en el lugar donde comencé y... —dejé la frase al aire cuando metí mi mano en el bolsillo de mi chaqueta y sentí algo metálico.

Saqué el collar en forma de alas y lo miré con más detalle. —Esto... —murmuré.

Plagg soltó un grito ahogado. —No es posible... —escuché que el kwami habló—. _______ ¿De dónde sacaste eso? —cuestionó con sorpresa.

—Eh... Cuando me desperté lo tenía en la mano, sólo lo guardé y regresé con Nath y Alix, y se me olvidó que lo guardé aquí. —expliqué de manera rápida.

—Oh... No... —musitó —. ¡Me dio hambre! Adrien, iré a tu habitación por queso, ya vuelvo. —dijo y sin darnos tiempo a responder, atravesó las paredes y desapareció.

—¿Ahora qué trae? —se preguntó Adrien—. C-como sea, es un collar... ¿Por qué no te lo pruebas? se ve lindo. —el rubio opinó.

Pues no pasaba nada si me lo probaba, ¿no?, ni que fuera algo mágico.

—Okey —dije aún no muy segura—, ¿me lo abrochas? —le pedí a Adrien e hice a un lado mi cabello.

—Claro. —dijo.

Una vez abrochado, me volteé hacia Adrien, el collar era un poco más largo que mis otros dos collares.

—Pues si se ve bie... ¡Ahhhhhh! —grité en el momento en que una luz comenzó a emanar del mismo.

Unidos Contra El Mundo (Chat Noir/Adrien y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora