Wanda Maximoff es una arquitecta heredera y CEO de Maximoff Corp, una mujer con un estatus muy alto, multimillonaria, sexy y con todo lo que alguien pudiera desear, una mujer bastante seria que le gusta controlar todos los aspectos de su vida pero...
Estaba recostada en mi cama sin hacer nada, tampoco es como si hubiera algo que hacer, Agatha y Victor me invitaron a salir pero realmente no tenía muchas ganas de hacerlo, socializar no es lo mío y estaba agotada ya que toda esta semana ha sido demasiado pesada, muchos proyectos, muchos planos y organización y para colmo, Aubrey Plaza está insoportable con su nuevo novio, pasándolo por la empresa y casi gritando a todo pulmón que es su novio, que asco si cree que me llegará a poner celosa.
Aún no soy capaz de entenderme a mi misma, ¿Cómo estuve con una persona como ella? Antes era agradable pero desde que empezó lo "nuestro" se volvió tan... Tóxica y yo fuí una idiota que lo permitió, bien, basta Wanda, dejemos de pensar en esa mujer, antes de poder hacer algo mi celular comenzó a sonar, así que lo tome solo para ver qué Natasha me estaba llamado.
-¿Natasha?-. Fue lo primero que pregunte cuando conteste, se podía escuchar mucho ruido del otro lado del teléfono.
-¡Wanda! No... Espera, déjame hablar maldita sea, Wanda no estoy ebria eh, solo que vi a una chica idéntica a ti y pensé en ti, ¿Es malo pensar en ti?-. Murmuró Natasha arrastrando completamente las palabras haciendo que sonriera un poco divertida.
-¿Dónde estás Natasha?-. Pregunté levantándome de mi cama para ponerme mis tenis.
-Mmmm... ¿No lo sé? Hay una chica sexy dándome un guiño en la esquina, estaba con Kate pero... Ya no se dónde está-. Habló Natasha para luego reírse fuertemente.
-Natasha Romanova, ¿En qué antro estás? Iré por ti-. Dije con voz autoritaria recogiendo mis llaves de la mesita que tenía de madera.
-Mmm... Espera gruñona, ¡Hola! ¡Oye! ¿Sabes que antro es este?-. Escuché que preguntó a alguien y eso me ponía nerviosa, una mujer ebria siempre es un blanco frágil, así que me apresure escuchando aquel chico diciéndole el nombre del antro.
-¡Se cuál es! Voy en camino, ya no tomes nada y quédate sentada-. Le dije con autoridad, escuché su risita y rápidamente colgué para apresurarme a subir a uno de mis autos.
Encendí el motor y con rapidez salí de mi hogar para buscar a una Natasha borracha, realmente me preocupo por ella aunque no siempre lo dejo ver, ella... Se volvió importante y ni siquiera sé cómo es que pasó, solo sucedió y eso que solo llevamos casi dos meses de estar "comprometidas" Natasha me hace sentir cosas que no sabía que podía sentir, con nadie más lo había sentido, bueno, si una vez con una chica cuando iba en la universidad pero fue el primer amor, así son siempre esos.
Unos quince minutos después llegué al antro donde estaban muchos chicos y chicas afuera esperando entrar, estacione al otro lado de la calle y salí con rapidez, me adelante a todos y a pesar de escuchar sus abucheos, los guardias al darse cuenta quién era, rápidamente me dejaron entrar, no es que viniera a antros seguido pero este antro en especial es uno al que a veces Kate me arrastraba, así que por eso me conocían. Ingresé y comencé a caminar en medio de todos los cuerpos, la música estaba a todo volumen y soy una idiota al no preguntarle a Natasha exactamente donde estaba.
-Maldita sea... Esto será más difícil de lo que pensé o... Tal vez no, las pelirrojas son escasas por estos lares-. Murmure para mí misma mientras miraba alrededor buscando cabello pelirrojo.
Mordí mi labio inferior analizando a todas las personas, algunas chicas me mandaban miradas sugestivas pero yo las ignoré buscando a la pelirroja, aunque alcé mi ceja derecha al encontrar primero a Kate Bishop, la cuál estaba bailando con un grupo de chicos y chicas, movió sus caderas y yo reí sabiendo como a Kate le gusta bailar siempre que podía.
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