Wanda Maximoff es una arquitecta heredera y CEO de Maximoff Corp, una mujer con un estatus muy alto, multimillonaria, sexy y con todo lo que alguien pudiera desear, una mujer bastante seria que le gusta controlar todos los aspectos de su vida pero...
Desperté soltando un pequeño quejido para luego estirarme como si fuera un gato, talle mis ojos por un momento para luego girar hacia mi lado derecho y lo primero que vi, fue el hermoso rostro de mi esposa, la cual me daba una sonrisa y había un brillo en sus hermosos ojos, ella es tan perfecta.
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-Buenos días, esposa-. Susurró con esa voz ronca que provoca un escalofrío por todo mi cuerpo.
-Buenos días, amor de mi vida-. Me dije acercandome a ella, abrazándola por su cintura desnuda.
-Mientras dormías, estaba pensando en darme un baño... ¿Quieres acompañarme?-. Preguntó alzo su ceja derecha para luego empujarme un poco, mordí mi labio inferior cuando se levantó de la cama completamente desnuda.
-Claro, iré a dónde sea que vayas-. Le dije levantándome con rapidez.
Natasha río cuando la alcance y la abrace por detrás, levantándola un poco y girando en nuestro propio eje provocando una enorme sonrisa en mi rostro, así la arrastre al cuarto de baño de la cabaña para tomar un rico baño, odiaba los baños compartidos pero si era mi linda esposa, lo haría siempre a su lado. Mis amigos, familia y mascotas siguen aquí y llevamos tres días en Yucatán, amando este paraíso y festejando aún nuestra boda sagrada, aunque a veces siento que el calor me matará, soy feliz sabiendo que mi esposa no borra esa enorme sonrisa en su rostro.
Además pronto sabrá que todo lo que es mío es suyo, sin excepciones, Kate también puso todo a nombre de Yelena y Alexei estaba burlándose de nosotras cuando le dijimos, dijo que éramos unas mandilonas pero yo no sé de qué habla si él está igual, hace todo lo que le diga su Melina, incluso tener animales que él no quería, en fin, para mí no es vergüenza el decir que besaría el piso por dónde pisa mi amada, sería una bendición.
-Te amo mucho-. Le dije a mi esposa cuando nos colocamos debajo del chorro de agua.
-Yo también te amo ¿Qué haremos el día de hoy? Quiero ver algunas cosas artesanales, Yelena dice que deberíamos llevarnos piezas únicas-. Murmuró mi esposa mientras me pasaba el shampoo.
-Nos llevaremos lo que quieras, yo quiero un traje a la medida y que sea artesanal, bueno... Pediré dos aunque se que va a tardar un poco pero valdrá mucho la pena-. Aseguré con un asentimiento de cabeza para echarle el shampoo.
Mi esposa y yo nos bañamos con tranquiladad, hoy no pudimos tener algo más divertido por qué ambas estábamos demasiado cansadas para eso, al terminar de bañarnos, salimos en toallas, nos secamos y cambiamos, aunque mi esposa se quedó colocando sus sandalias mientras yo salí a la sala común donde encontré a Lucky alzando su patita y colocandola en la cabeza de Liho.
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