Wanda Maximoff es una arquitecta heredera y CEO de Maximoff Corp, una mujer con un estatus muy alto, multimillonaria, sexy y con todo lo que alguien pudiera desear, una mujer bastante seria que le gusta controlar todos los aspectos de su vida pero...
-Wanda... Me gusta mucho tu yate, puedo vivir aquí toda la vida ¿Te imaginas? Poder ver las estrellas, dejar que te guíen, se que en mi otra vida fui una pirata y si no... Quisiera serlo-. Dijo Natasha con una sonrisa mientras rodaba por la cama con la bata que traía puesta.
-¿Quieres dejar Sokovia y navegar en yate? Por qué podemos hacerlo, te seguiría a cualquier parte-. Aseguró Wanda dejando de escribir en su laptop para tomar una rosa que había en un florero para luego caminar y dárselo a su esposa.
-Mmm... Suena muy tentador, me gusta pero no... Tal vez deberíamos hacerlo en nuestra luna de miel o... Podríamos tener sexo como la noche anterior, eres sexy cuando te pones algo posesiva en el sexo-. Habló Natasha con una sonrisa ladeada, mírando fijamente a Wanda quién trago en seco.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-No me tientes mi amor, pero lamentablemente hoy no podremos hacer nada de eso, tenemos cosas que hacer y lo sabes-. Contestó Wanda colocando ambas manos en su cintura en la orilla de la cama.
-Bien, ¿Sabes que te amo verdad? Por qué... Este ha sido mi sueño, además que ahora ya eres mi esposa, claro, por el civil aunque las bodas mayas son más que nada simbólicas-. Dijo Natasha dejando la rosa para arrastrarse y colocar ambas manos en los hombros de su esposa.
-Te daré todo lo que me pidas, para mí es un deleite escucharte usar ese término, mi esposa-. Dijo Wanda con suavidad acariciando la espalda de Natasha.
-Me encanta, aunque nuestros amigos y familia casi nos matan por irnos a casar a escondidas-. Murmuró Natasha con una risita que contagio a Wanda.
-No me importa, no podía seguir esperando más tiempo para que fueras mi esposa, este amor me está consumiendo como si fuera una maldición, una que abrazo con todas mis fuerzas, ahora... Aunque tenerte así esposa mía, es muy tentador, estamos por llegar al cenote, hay un horario que seguir-. Murmuró Wanda para luego atraer a un beso profundo a su Natasha quién solto un pequeño jadeo.
Ambas se besaron por unos segundos para luego separarse y reírse, ambas tenían que estar en diferente habitaciones, órdenes de sus padres quiénes decidieron que mandarían ahora ellos, ya que Wanda y Natasha se casaron por el civil hace tres días atrás sin decirles a nadie, para ambas solo era firmar un papel ya que en si veían la boda prehispánica cómo la ideal que sellará su unión y en dónde si habían invitado a todos sus amigos y familias.
Así que Wanda rento dos yates más en donde estaban sus amigos y familiares, todos estaban más que felices de disfrutar una boda así, jamás habían visto algo de esa manera, además de que habían ciertos pasos a seguir, Natasha estaba más que feliz sabiendo todo lo que ahora tenía en su boda, la regañada de parte de Yelena y sus padres valía la pena, por qué ahora está donde siempre soñó.
-Ah... Pero si aquí viene la perdedora que me robo a mi mujer-. Murmuró Agatha quién estaba sentada tomando un poco de vino.
-¿Qué yo te robe? Sola te hiciste ilusiones perdedora-. Dijo Wanda con burla mientras mordía su labio inferior esquivando unas sandalias en el piso del yate.