Dorian sabía tres cosas:
La primera, que era cuestión de tiempo antes de que Carmilla y Nicte notaran su desaparición y comenzaran a rastrearlo.
La segunda, que tenía un pasado; una hermana menor, una familia, y una muerte falsa.
La tercera... que era un estúpido.
Era un estúpido porque, en lugar de ignorar el descubrimiento y regresar a cumplir las órdenes de su jefe, en cuanto empezó a salir el sol, se dirigió hacia la casa de Emma Welsh —su supuesta hermana menor—, con el propósito de confrontarla y obtener respuestas. Nicte le había dicho que su pasado era demasiado doloroso para ser soportado, ¿pero sería eso cierto? Parte de él pensaba que sí, porque de otro modo, ¿qué motivo tendría su familia para inventar todo lo del asesinato? ¿Qué era real y qué no?
Sacudió la cabeza y continuó conduciendo hacia un vecindario semi suburbano en la ciudad de Core. Si seguían viviendo en la misma dirección que figuraba en el archivo, sería fácil encontrar la casa. Pero esto levantaba otra interrogante... ¿Sabían Carmilla y Nicte de esto? ¿Sabían que Emma Welsh era su hermana?
Dorian no creía en las coincidencias. Para él, no eran más que excusas mediocres para lo que no quería ser explicado.
«Malditas mentirosas», pensó, pisando el acelerador del coche robado.
Le tomó casi veinte minutos encontrar la casa correcta. No tenía nada de extraordinario, solo una construcción más de madera blanca con un pórtico y un jardín frontal descuidado. Miró nuevamente el archivo que robó de la estación de policía, comprobando que era idéntica a la foto, salvo por el pasto sin cortar que comenzaba a invadir el camino hacia la puerta.
Pasó las páginas hasta detenerse en una foto de su rostro y luego en la de Emma Welsh. Era una chica bastante joven, pero el parecido entre ambos era evidente. No tenía duda, estaban emparentados.
Cerró la carpeta y estiró el brazo hacia el asiento trasero para agarrar la máscara del doctor de la peste que había traído consigo. No estaba tan desquiciado como para mostrarle su rostro a su supuesta familiar. No todavía.
«Me matarán por esto». Ya imaginaba el castigo que le impondría El Salvador cuando se enterara. Pero estaba dispuesto a pagarlo, incluso si su vida era el precio. ¿Cuál era el propósito de vivir sin una identidad?
Con esto en mente, se puso la máscara y se dispuso a enfrentar su irresoluto pasado.
(...)
Era muy temprano por la mañana y Emma estaba sola en casa.
Casi siempre lo estaba, dado que su padre salía casi de madrugada y regresaba al mediodía. Antes no era así; le gustaba permanecer en la comodidad de su estudio, pero desde la muerte de Dorian, evitaba su hogar. Durante los primeros días, ni siquiera se atrevía a entrar a la cocina. Le decía a Emma que pidiera algo de comer y no pisaba esa habitación a menos que fuera absolutamente necesario.
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Vampire Anomaly
VampirosLIBRO 2 DE VAMPIRE KISS ¿Cómo puedes recuperar lo que no sabes que está perdido? Seis meses después de los eventos de Vampire Kiss, Dorian Welsh ha perdido todas las memorias de su pasado y se encuentra atrapado a merced del Salvador, un misterioso...