El lago y un pasado borroso

𝒱𝒾𝑒𝓃𝓉𝒾𝓈𝒾𝑒𝓉𝑒

Advertencia: Hay un poco de acción sexual en lo último (no me gusta escribirlo, pero me llegó la inspiración) Es necesario para el final, pero quien guste saltarlo.

Los novios se estaban arreglado para él tan esperado momento.

-Soy tan feliz amor, después de mucho tiempo nuestros hermanos por fin van a unirse en sagrado matrimonio- dijo el rubio abrazando a su esposo.

Jisung se veía en el espejo de la gran habitación, su maquillaje se veía tan delicado, tan dulce, como él. Olivia y Rachel, las supuestas hermanas de Felix, lo estaban ayudando a arreglarse.

Todo había sido muy rápido, recuperar su memoria, enamorarse de nuevo, sus hermanos , sus primas (Olivia y Rachel) que también eran brujas al igual que Jeongin, su hermano pequeño; y ahora su boda, con su único amor.

Se veía hermoso, todo el mundo podría afirmarlo.

Sus sedosos cabellos cayendo tan delicadamente por su bello rostro, formando una leve ondulación. Su deslumbrante traje perla; estaba hecho a su medida, provocando el relieve de sus curvas; detalles en la cola de su saco, pequeñas ondas doradas a lo largo de este; una camisa jabot de un tono pastel bellísimo; sus zapatos con un poco de tacón, igualmente perlas; y por último, su hermosa corona adornando su cabeza, con flores de oro formando el toque perfecto de esta.

Los nervios a flor de piel se sentían, la felicidad y el amor; vivían en el aura del lugar.

Minho era la persona más feliz del universo, había esperado tanto este momento, que ahora se sentía como un sueño.

-Lee Minho, cuida de mi hermano o te mataré, lo juro- dijo Jeongin regalándole una sonrisa falsa, para terminar de acomodar la flor del traje de Minho.

Su traje era igual al color de la camisa de Jisung, era muy similar, solo que sin cola en el saco; él también llevaba una camisa Jabot, solo que esta era color perla y tenía unos toques de dorado, gracias a los hilos de oro con los que estaba hecha; unos zapatos igualmente perla, y una corona muy simple decorando su cabeza.

Si ya era una de las personas más hermosas, ahora se veía más bello. Parecía un dios acabado de llegar a la tierra.

Su boda empezaría en poco, si bien no iba a ser como la que estaba planeada hace más de 30 años, sería igual de hermosa y emotiva, llena de amor y alegría; cosa que no fue en la anterior, ya que nunca llegó el novio.

Minho y Jeongin miraron el reloj que sonaba en el cuarto, dando a conocer que la hora de la boda ya estaba por ser; salieron rápido del cuarto pasando por los largos pasillos del antiguo palacio de la familia real Han; llegando al invernadero donde se el evento se hará.

El verde pasto le daba vida al lugar; habían flores blancas por todo el techo de cristal, la fuente que había en el lugar le da un toque más cálido y suave. Una alfombra color pastel tapando el césped y la piedra del piso; pocas sillas doradas con perla llenando el lugar, y por último el altar, donde dirán sus votos y prometerán estar siempre juntos.

Minho se paró en el altar, esperando la llegada de su amado.

La gente empezó a llegar al lugar, tomando asiento; no eran muchas, pero no importaba, solo ellos importaban ahora.

Jisung estaba muriendo, tenía nervios, ¿qué tal si se caía? O peor ¿qué tal si desaparecía de nuevo?

-Sungie, no te preocupes, todo estará bien; ahora estamos juntos, no pasa nada- Felix besó la cabeza de su hermano, esperando brindarle confort.

Normalmente en las películas sale la novia y su padre; pero en esta historia, no. Solo es Jisung y Felix, caminado por la alfombra con final en el altar, la música típica de boda de fondo y dos latientes corazones.