𝒪𝒸𝒽𝑜

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Otro destino.

Esta vez eran unas ruinas, no entendía hasta que me explicaron, supuestamente aquí nos conocimos, no recordé nada.

Un destino más.

Nada.

Acaso así sería todo el recorrido? Estresarme y no recordar nada?

-Llegamos al último destino del día- habló por fin el pecoso.

Un castillo abandonado, este era mucho más pequeño y acogedor que el mío, al entrar quedé asombrado con la belleza que poseía el lugar, se veía que alguien cuidaba de este lugar. Alfombras todavía rojas relucientes, candiles de cristales, vitrales pintados a mano y con uno que otro mueble en su interior.

-Aquí creciste Sung, aquí crecimos juntos -dijo el pecoso con la sonrisa más hermosa

Otra vez borroso.

-Hermanito-habló el de mayor altura

Solo lo miré y sonreí

-Hola Yongbokkie, terminaste de hablar con papá?- no entendía qué pasaba, pero las palabras salían de mi boca con mucha facilidad.

-No pude hacer nada Sunggie, tendré que casarme con él si o si- dijo con ojos y mejillas inundadas de lágrimas.

Y volví.

Y volví

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𝒢𝒾𝑜

El lago y un pasado borrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora